LA OFICINA

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MAYO

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MAYO


EMMA

Al otro día Julia me despertó, aún no me recuperaba del todo y mis neuronas no se despertaban, ni recuerdo cómo llegué a casa. Nunca había tenido resaca en mi vida y me sentía con los ojos hinchados. Julia me comentó que Maya manejó y que llegamos a las cuatro de la mañana, abrí los ojos de la impresión, nunca me acostaba tan tarde. Me levanté muy despacio, me dirigí al cuarto de baño y me duché con agua fría. Cuando terminé me puse una bata de baño, tomé un té bien caliente, soy de las que no les gusta el café, mejor dicho no lo tolero. Desayuné tranquila mientras hablaba con Julia y le contaba de mi vida. Izan aun seguía dormido y Maya se había ido a la universidad, no se como podía irse de fiesta llegando a las cuatro de la mañana y levantarse a las siete para la escuela, la felicitaba porque yo necesitaba mis ocho horas de sueño. Mi madre me dejó una nota diciendo: "Cariño pasa por mi oficina, quiero hablar conmigo" y también Julia me lo dejó saber. Desayuné una tostada con huevo y aguacate, un poco de frutas, una vez terminado subí a mi habitación cepillé mis dientes y me puse ropa ejecutiva a mi gusto, ya que iría a la oficina de mamá y desde que encontré mii estilo, se adherirme a cada situación. Con mi cabello fue fácil, aún tenía las ondas de la noche anterior, además no quería peinarme sentía que me iba a estallar la cabeza. Lo que hice fue acomodarlas un poco, peinar mis pestañas y poner un poco de concealer para las ojeras y brillo de labios, como dije no soy amante al maquillaje.

Luego salí de casa y fui a nuestro aparcamiento a subirme a mi auto, pero el sol me dió directamente en los ojos, no lo aguanté ni un segundo, entré a mi casa, busqué unos lentes de sol y un hijab, me acomodé los lentes en la cara y el hijab en la cabeza, parezco una musulmana pero es esto o que el sol me de en la cara. Me dirigí al edificio de mi madre y aparqué mi auto justo al lado de su auto, algo raro vi una moto aparcada, que alguien venga en moto es bastante cool, pero arriesgado. Subí al ascensor para ir al primer piso ya que estaba en el parqueo subterráneo, me dirigí a la recepción de la empresa, le di los buenos días amablemente a las chicas que estaban allí en recepción y les sonreí. Cuando iba de camino a la oficina de mi madre, las recepcionistas junto con el seguridad me pararon en seco porque no sabían quién yo era.

—¿Qué ocurre?. —pregunté sonriente.

—Señorita, no puede ver a la señora Gray sin una cita de por medio. —dijo una chica. ¿Qué?.

—¿Es una broma? —. repliqué —¿donde están las cámaras?. —dije mirando a mi alrededor.

—Debe estar equivocada, las únicas cámaras son la de seguridad. —murmuró. Yo la miré sintiéndome la más estúpida del planeta. —Pero para ver a la señora Gray necesita una cita y con semanas de anticipación. —yo me reí. No me quedaba de otra.

—Yo soy su hija señorita. —formulé quitándome los lentes.

—Sí, a menudo dicen lo mismo para ver a la señora Gray, además su única hija se encuentra en Francia. —comentó. Lo que me faltaba.

ERES X PARA MÍ  #1 [NUEVA VERSION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora