Narra Delia
—Nada, no pasó nada—Le contesté.
En realidad no quería decirle que escuché hablar a unos chicos de mi clase. Habían dicho que Astrid era demasiado para mi, que cómo una mujer tan guapa se había fijado no sólo en una mujer, sino en una chica tan poco agraciada, rara, y desagradable como yo. En realidad dijeron más cosas malas de mi, cómo que mis dibujos eran extraños y que a lo mejor también estaba loca, por lo tanto no pude evitar sentirme muy mal y llorar. Lo peor es que sentía que tenían razón ¿Cómo se pudo haber enamorado de mi?
Al recordar todo lo que habían dicho de mi, otra vez quería volver a llorar, así que apresuré mi pasó para dirigirme a un lugar más alejado de todos y comencé a llorar.
—Delia ¿Qué pasa?—Astrid me siguió.
—Ya te dije que nada— Le dije con las manos en mis ojos.
—¿Entonces por qué lloras?— Preguntó aún preocupada.
—Porque quiero llorar ¿Está bien?— dije entre sollozos y Astrid me abrazó.
—Pero dime qué tienes, ¿Alguien te hizo algo? Sabes que le irá muy mal a quien sea que te haya hecho llorar.
—Sólo quiero que me dejes sola— Se lo dije porque necesitaba desahogarme a gusto.
—No puedo dejarte sola llorando, me da miedo que puedas hacerte daño.
—No lo haré, pero necesito llorar tranquila — Seguía cubriéndome la cara.
—Te dejaré sola hasta que me digas lo que pasó.
—Te lo diré, pero por favor déjame sola un momento- La miré y ella asintió rendida.
—Estaré en la banca de allá — Señaló una banca retirada que se podía ver claramente desde donde estábamos — Pero no te muevas de aquí.
Caminó hacia la banca, mientras yo seguía sacando lo que sentía con mis lágrimas. A cada rato me volteaba a ver mientras ella estaba sentada. Después de un rato llegó una chica con mini falda, se puso en frente de Astrid y empezó a platicar con ella, lo que me recordó mi nula excitación sexual hacia ella. Logrando que llorara más e irme de ahí sin que me vieran.
No quería estar en la escuela sintiéndome triste, así que decidí escaparme para ir a mi casa.
Estuve caminando varias calles mientras seguía llorando, hasta que tomé un autobús que me dejó cerca de mi casa.
Esperaba que a esas horas no se encontrara nadie en mi casa para poder estar triste cómodamente. Al llegar, afortunadamente no se encontraba nadie, así que fui directamente a mi habitación.
Al ver mi celular, pude notar que tenía varias llamadas perdidas de Astrid. Sabía que en cualquier momento se iba a volver loca de no encontrarme en donde mismo, pero estaba demasiado triste como para preocuparme por eso. Seguro se acostaría con la chica de mini falda o con cualquier otra a mis espaldas.
Me acosté en mi cama y abracé mi almohada mientras lloraba desconsoladamente.
La tentación de cortar alguna parte de mi cuerpo era gigante, pero traté de controlarme lo más que pude hasta que ya no pude más, fui a la cocina, tomé un pequeño cuchillo y apenas corté una pequeña parte de mi brazo cuando alguien empezó a tocar la puerta.
Dejé el cuchillo y me asomé por la ventana, era Astrid. Vió su celular, se lo pegó en su oreja y mi celular empezó a sonar desde mi habitación.
—¡Delia, ya escuché tu teléfono, ábreme! — gritó Astrid.
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Experta en ilusionar (Terminada)
Romance(chicaxchica) Astrid es una chica fría, cruel, agresiva, egocéntrica, mentirosa, manipuladora, no le importa usar y ver a la gente sufrir. Lo único que busca es placer momentáneo y tratar de sentirse bien. Delia es una chica linda que sufre de depr...