C A P I T U L O 24.

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Llegué a mi salón de clases y Astrid me estaba esperando a lado de mi silla con una sonrisa de oreja a oreja.

-Te traje algo -señaló la bolsa que había en mi asiento.

Lo abrí y era comida, en específico mi espagueti favorito.

-Gracias -Le sonreí y ella no me dejaba de ver.

Me senté y acercó su asiento más al mío para quedar muy pegadas. Me dió un beso en la mejilla, acarició una de mis piernas y acercó su boca a mi oído.

-Vamonos de aquí, me muero por tocarte -dió una pequeña mordida a mi oreja y me volvió a mirar con sus hermosos ojos verdes que tenían las pupilas dilatadas.

-En un rato nos vamos ¿Te parece? -Le acaricié los labios con mi pulgar -Necesito estudiar para los exámenes.

Ella lamió mi dedo y me miró con esa mirada pícara que decía que quería tenerme en su cama.

Llegó un profesor que la corrió de la clase de inmediato, a lo que se tuvo que ir a su clase. Después de que se haya ido sentí la mirada de Ana, quién me miraba enojada.

Cuando se acabó la clase del profesor, Astrid llegó de nuevo y se sentó a lado de mi para estarme abrazando y besándo, yo la dejaba aunque me diera vergüenza. Si ella se sentía bien tocandome, la tenía que dejar.

-Hola, ¿Tienes una pluma que me prestes? - le preguntó a Astrid una de las amigas de Ana, quién llevaba un escote en donde se le veían sus grandes atributos, aparte de llevar una falda muy corta.

No vestía así al inicio de la clase, lo que se me hizo sospechoso.

-Aah si... -Astrid miró sus pechos un segundo, desvío la mirada para buscar una pluma entre su mochila -Creo que aquí la tengo -la encontró y se la dió en la mano, pero ella hizo como si se le resbalara.

-Ay que tonta -dijo la chica y se agachó poniendo sus pechos en la mesa de Astrid y que se le viera parte de su trasero.

Astrid se puso roja y yo me molesté mucho, miré a Ana quién me estaba viendo con una sonrisa. Sabía que algo tramaba.

-¡Ya no vengas, quédate con la pluma! -la quité de con Astrid y ella se sorprendió. La chica se fue muy enojada a su lugar.

-Me encanta cuando te pones celosa -dijo Astrid y se acercó para besarme -Vamonos de aquí, por favor -me lo dijo con súplica y deseo en su rostro.

-En un rato más nos iremos.

-¿Por qué esperar si nos podemos ir ahora? -tomó mi mano y la besó.

-Ya te dije que tengo que estudiar para los exámenes, deberías de hacer lo mismo.

-Prefiero estudiarte a ti, hermosa -sonrió.

-¿En serio no tienes miedo de reprobar? -dije incrédula, no podía ser que no le interesara en absoluto la escuela. Estaba peor que yo, aunque también había reprobado en el pasado.

-Relajate, yo me encargaré, no reprobaré -Volteó a ver a la chica de grandes atributos.

Así que no me quedó más remedio que hacerle caso e irnos de la escuela. Por primera vez Astrid me iba a dejar conocer su casa.

Cuando llegamos, entramos a su casa y una chica nos saludó.

-Hola -me saludó con extrañeza.

-Hola -dije algo timida.

-Estaremos en mi habitación, no nos molestes -dijo Astrid llevándome de la mano hasta su habitación.

-¿Quién es ella? -pregunté confundida. Mi mente comenzaba a pensar que podía ser su novia oculta y no lo sabía.

Experta en ilusionar (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora