Me llevé el peluche al carro y fui a la casa de Delia para preguntarles a sus padres sobre dónde estudiaba su hija, diciéndoles que la requería por un trabajo inconcluso que nos hicieron hacer en las pláticas.Como ya me conocían me dieron la dirección de la escuela y enseguida me dirigí hacía ahí.
Al llegar, pude notar qué era una escuela muy bonita y muy vigilada. Ya que no me dejaron pasar tan fácil, tuve que convencer a los vigilantes de la entrada que me iba a inscribir.
Al lograr pasar, tuve que buscar salón por salón para encontrar a Delia, pero me era difícil ya que muchos salones estaban con la puerta cerrada.
Lo que me ayudó fue el timbre del descanso. Salieron todos los alumnos y a diez metros de dónde estaba pude ver a Delia saliendo de su clase con un cuaderno entre sus brazos. Mi corazón se aceleró y me dirigí hacia ella, pero antes de eso, tres chicas de su clase empujaron a Delia hasta hacerla caer, se rieron de ella y siguieron su camino. Me enojé mucho por lo que habían hecho, pero me calmé al recordar lo que Delia le había hecho a mi auto.- No te quedes en el suelo, párate - Le ofrecí mi mano a Delia y ella me miró sorprendida.
- ¿Que haces aquí? - Me dió la mano y quedamos frente a frente. Sus ojos brillaban al mirarme, se notaba emocionada y se veía igual de hermosa que siempre.
- Ah, yo... - Se me había olvidado que decirle.
- ¿Qué pasó? - Se acercó más a mi.
- Quería decirte que...- mierda, cómo se me podía haber olvidado.
- Dime - miró mis labios y después mis ojos. Se lamió los labios y gracias a eso moría por besarla ahí mismo.
- Al fin conseguiste una amiguita - dijo una chica interrumpiendo y empujó a Delia hacia a mi -Que estúpidas.
Rápidamente mi furia comenzó a fluir y al querer irme contra la chica, Delia tomó mis muñecas.
-¿Qué haces? ¡Suéltame! - Le dije.
- No te metas en problemas, estás en escuela ajena.
- ¿Y que tiene? - Quise soltarme pero ella me jaló más. Haciéndome enojar más y recordar...
- ¡Tú rayaste mi puto auto! - Le grité y se asustó porque de inmediato me soltó.
- No sé de qué hablas -dijo con la voz baja.
- ¡Los putos osos! Fuiste tú, reconocí tu letra. Dejaste un oso en el carro junto con rayones en mi auto.
- ¿No te gustaron los osos? -Me miró triste.
- ¡¿O sea que si fuiste tú?! - Le volví a gritar de cerca y me miró con miedo.
-- Si- Cerró los ojos - Yo no rayé tu auto -Empezó a llorar y a temblar- ¿Por qué haría algo así? Sólo quería hacer algo lindo para ti -Se tapó los ojos con las manos mientras sollozaba.
Las demás personas se nos quedaban viendo. Así que la saqué de la escuela por una puerta escondida en un rincón, hasta llegar al estacionamiento.
-Vamos, sube - Le abrí la puerta del copiloto.
-¿Para qué?- dijo aún llorando.
- ¡Sólo entra!- Se subió y empezó a llorar más- ¡Deja de llorar!
- ¡Odio que me grites!- sollozaba más.
- ¡Yo odio que rayes mi auto!- también odiaba que llorara y verla triste, pero no entendía porque había hecho eso con mi auto.
- ¡Yo no lo hice! -no sabía si creerle.
- ¡Te dejé en claro que ya no quería que me hablaras!
- ¡Y no lo hice! Tú eres la que vino hasta mi escuela.
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Experta en ilusionar (Terminada)
Romance(chicaxchica) Astrid es una chica fría, cruel, agresiva, egocéntrica, mentirosa, manipuladora, no le importa usar y ver a la gente sufrir. Lo único que busca es placer momentáneo y tratar de sentirse bien. Delia es una chica linda que sufre de depr...