Soy el más fuerte... ¿verdad? (Pausa)

Capítulo 1: Paz interrumpida.

Kino Mato era un joven de preparatoria y cómo todo estudiante, se dirigía a cumplir alegremente su deber. A toda costa.

[Bien. Nuevo día, nuevo yo. ¡Vamos a pasar ese examen!]

Era el último examen para pasar de año y él se había preparado durante toda la noche. Estaba decidido a hacer felices a sus padres con sus notas.

[¡No puedo fallar! ¡Mamá confía en mí!]

Estaba completamente confiado y justo cuando se encontraba a una calle de llegar a su institución, noto que dejó de moverse.

[¿Eh?] —dijo mientras miraba hacia abajo —[ ¡¿Qué demonios es esto?!]

Un círculo color azul del tamaño de su cuerpo apareció bajo sus pies, el cual poseía símbolos y letras que él no reconocía.

Asustado, trató de moverse, pero noto que estaba completamente inmóvil. Se quitó sus zapatos, para salir del círculo sin tocar el suelo, pero apenas levantaba el pie una fuerza lo atraía una vez más a tierra.

El circulo empezó a brillar más y más, ocasionando que entrará en pánico.

[¡No, por favor! ¡Esper-!]

Extendió su mano queriendo pedir ayuda, pero antes de siquiera intentarlo, él y el circulo desaparecieron, dejando este mundo para siempre.

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Todo se volvió negro después eso. No podía sentir nada, no podía ver nada, no podía escuchar nada. El joven trato de moverse, pero ni siquiera podía sentir su respiración en aquella negra oscuridad.

Estaba confundido por lo que pasaba, se molestó por no haber intentado más y finalmente triste al aceptar la realidad. Suspiró, gritó y lloró por bastante tiempo y cuando no supo que más hacer, se agachó tomando lo que aún percibía como sus piernas y rogó que todo fuera un sueño.

El tiempo pasó, no sabía cuánto, pero simplemente pasó.

Luego de perder la noción del tiempo y finalmente sentir que se habían detenido todos sus lamentos y quejas, un resplandor apareció y en un estado puro e inmaculado, su instinto le indicó que tratará de alcanzar aquella luz.

Lo siguiente que supo, es que atravesaba una puerta y se encontraba rodeado de personas que llevaban simples harapos y ropa que solo había visto en los libros de historia.

["¿Qué rayos?"]

Aún aturdido, pues sus ojos se estaban acostumbrando a la luz nuevamente, decidió caminar por aquel lugar y vio con asombro las casas construidas de piedras, cubiertas de tejados que parecían hechos a mano y los carruajes que no dejaban de pasar de un lado a otro con diferente mercadería. Además, claro, de la inmensa cantidad de personas que pasaban por ahí.

El camino era de piedra y como por alguna razón no llevaba zapatos, podía sentir como el frío recorría todo su cuerpo.

["Es como en la edad media ¿Acaso viajé en el tiempo?"]

Preguntándose qué era lo que le había pasado, caminó y caminó mientras observaba a las personas, las cuales lo miraban detenidamente, pero no con odio, sino con otra cosa. No estaba seguro de qué era, así que decidió no pensar mucho en ello.

Empezó a sentir hierba entre sus dedos y era porque había llegado a los límites de la ciudad sin darse cuenta. Miró al frente y se encontró con una gran extensión de tierra, cubierta de bellas praderas color verde y más allá se podía observar un bosque.