Capitulo 24: La hechicera y la elfo oscuro

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Kino no podía creer lo que Kiri había hecho. A pesar de que aquella mujer llamada Muria, había demostrado lo poderosa que era, ella le había lanzado su cuchillo para evitar que matara al dragón.

¿Había sido por compasión? ¿O por la recompensa? La respuesta no importaba, ya que, habiendo visto la fría actitud con la que había tratado al dragón Mirius, era obvio que aquella mujer no dejaría pasar tal ofensa.

[Eso dolió, elfo oscuro.]

Muria observó el báculo que se le había caído y notó que la bola de cristal estaba rota. Volteo hacia Kiri y al ver su cara llena de confianza por su ataque, no pudo evitar sonreír.

Kiri se confundió por esa expresión, pero aún si, estaba decidida a detenerla. En menos de un segundo, corrió hacia el báculo de Muria y antes de que ella si quiera observara su posición, termino de destrozar la bola de cristal, pisándola con fuerza.

A diferencia de las otras especies, los humanos solo podían usar los símbolos del mundo mediante objetos. Virgo usaba sus guantes, Rika su simple bastón y Tune el anillo de su mano. Si querías dejar indefenso a un humano, destruir su objeto principal era la opción más efectiva.

Desgraciadamente, a pesar de su superioridad numérica, las demás especies seguían considerando a los humanos como inferiores y al igual que Mirius, solían confiarse al enfrentarlos, lo cual los cegaba de aplicar esta contramedida tan lógica.

Sin embargo, Kiri había oído de su hermano Arcel en cierta ocasión...

"Los humanos serán inferiores, pero su potencial es infinito. Por eso siempre hay que enfrentarlos con todo lo que tengamos a nuestra disposición."

Kiri sabía que no debía contenerse. Para ella, incluso si Muria nunca hubiera mostrado sus habilidades, si debía de enfrentarla, entonces era una amenaza al mismo nivel que la criatura la cual ella acababa de vencer. Por lo que no había razón para no usar el método más efectivo para obligarla a retirarse.

Y cuando Muria se dio cuenta de esto, sonrió.

[Así que no me ves como un ser inferior ¿eh? Estoy conmovida. Me alegra que me veas como tu igual, elfo oscuro. Ahora tengo aún más ganas de saber más de ti.]

[¿Qué?]

Kiri estaba sin palabras. Había asumido que, al perder su medio para manifestar magia, Muria se rendiría al notarse indefensa, pero la situación parecía todo lo contrario, ahora lucía como si tuviera aún más confianza en lograr su objetivo.

[Fue una buena estrategia, pero para tu desgracia, soy yo a quien te estas enfrentando.]

Poniéndose en posición de pelea, una gota de sudor empezó a recorrer el rostro de Kiri mientras observaba como sucedía el mismo acontecimiento de hace unos momentos.

No tenía sentido. A pesar de que le había quitado su báculo, un círculo celeste que poseía 20 símbolos diferentes, apareció detrás de Muria y Kiri observó como una gran cantidad de magia la rodeaba.

[Ese báculo era una mera formalidad. Si alguien me viera usar magia sin un objeto, me tratarían como a un monstruo.]

Los símbolos en el circulo giraban lentamente, como si estuvieran decidiéndose cual se activaría. Cuando finalmente se detuvieron, Muria levantó su mano con la palma hacia arriba, como si sostuviera algo y abriendo sus ojos de par en par, Kiri no podía creerlo lo que presenciaba.

Doce símbolos se conectaron. Una pequeña llama color azul se manifestó en la mano de Muria y en el lugar donde estaba parada Kiri, otro circulo color celeste de unos dos metros de diámetro, apareció de inmediato.

Soy el más fuerte... ¿verdad? (Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora