Previamente:
En su búsqueda por llegar a Equios, el humano convertido en Riaro, Kino Mato y la elfo oscuro, Kiri; viajaron hacia el Pais exclusivo de humano, Harasa, dónde se encontraron con el dragón Mirius, el cual habitaba un lugar llamado, la Cueva Aulladora.
Luego de presenciar una mortal pelea entre Mirius y un grupo de aventureros llamado 'Potencial Oculto', se encontraron con Muria, la hechicera más poderosa, quien, al ver a sus compañeros muertos, desató su furia contra el dragón.
Sin embargo, la visita de una criatura similar a un vampiro, llamada Sangria, la cual parecía conocer tanto a Mirius como a Muria, además de los conflictos internos que Kino comenzó a experimentar, hicieron que el acto final que conectaba todos estos eventos diversos; acabara de una forma... inusual.
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[¿Kino? ¿Qué demonios... estás haciendo?]
["H-Hola... Kiri."] —respondió Kino, avergonzado, ante la penetrante mirada que le lanzaba su compañera.
A pesar de que no había recuperado todas sus fuerzas, Kiri, preocupada, regresó a la Cueva Aulladora para ver cómo se encontraba Kino; solo para encontrar al dragón Mirius, en el suelo; el tesoro desaparecido; tres tumbas hechas a mano; a Muria con sus 6 anillos recuperados y a Kino... quien estaba siendo usado como silla por la hechicera ya mencionada.
[Finalmente llegas, elfo oscuro. Iré al grano ¿bien?
Quiero ir a Equios con ustedes.]—declaró Muria de forma altanera y sin ninguna intención de perder el tiempo.
Kiri, quien seguía tratando de asimilar y deducir que es lo que había sucedido en aquella cueva, escuchó las palabras de la hechicera y de inmediato dirigió toda su atención hacia ella.
¿Dijo Equios? —pensó mientras sus manos empezaban a sudar. —¿Cómo es que sabe sobre ello? Es imposible que pudiera entender a Kino ¿Acaso habla Riaro? No, espera, no es necesario pensar en ello.
Por ahora, debo hacer tiempo. No estoy en condiciones para enfrentarme de nuevo a este monstruo. Pero si es el caso, necesito recuperar más energías.
Aunque Kiri trataba de mantener la compostura, inconscientemente su mano se dirigió hacia a su espalda, donde tomo con fuerza uno de los dos cuchillos que siempre llevaba. Sin importar cuanto tratara, su cuerpo e instinto le decían que un nuevo enfrentamiento parecía inevitable.
[¿Y bien?] —preguntó Muria mientras se acomodaba en su asiento (Kino).
Evaluando sus opciones, Kiri respiró profundamente y le respondió con la misma mirada penetrante que tenía Muria.
[No sé de qué me hablas. Nosotros solo veníamos por la recompensa del monstruo que está ahí tirado en el piso. Así que no tenemos nada que te intere-]
[¡Já!] —la interrumpió Muria mientras la apuntaba con su bastón roto. —[Oye, oye, ¿Te atreves a decir eso, luego de todo lo que ha pasado? ¡Es inútil elfo oscuro!
Tu amigo aquí, ya me contó todo. Así que, no tiene caso que intentes engañarme.]
¡¿Es en serio?! —pensó Kiri mientras observaba enojada hacia el lugar dónde se encontraba Kino.
Y Kino, al notar esto, solo pudo evitar bajar la cabeza en vergüenza mientras decía "Perdón" en voz baja.
[Además...]
Muria bajó de su asiento y caminó hasta estar frente a frente con Kiri. Como era un poco más baja que ella, levantó la cabeza y trató de acercarse lo más que pudo a la oreja no tan puntiaguda de la elfo oscuro.
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Soy el más fuerte... ¿verdad? (Pausa)
Fantasia"Si eres el más fuerte entonces... ¿Cómo logré quitarte todo?" Kino Mato solía ser un estudiante normal, hasta que repentinamente fue transportado hacia Grigaria, un mundo de fantasía dividido en 8 Países que se encontraban en aparente paz. Sin emba...