CAPÍTULO XXII (2DA PARTE)

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Habrá un segunda parte de él capítulo 22 para nivelar un poco la historia y que no se pierdan de nada. El final del 22 en de Café a ti, es donde Kamille regresa y será igual acá. Mientras tanto disfruten de este capítulo para contar más las cosas que pasó Kamille en Francia.

Wonka dice: Gócenlo

***

-Scarlett, yo creo que fue una mala idea venir- levanté la voz por encima de la música y ella me miró.

-¿te sientes mal?- hice una mueca y mire la discoteca con duda. Me sentía intimidada. Me sentía demasiado mal porque esto me recordaba a Adrien. La noche en que murió. No podía evitar pensar en que estuvo igual de feliz. Y luego...

Adrien estaba de viaje. Lo estaba.

-Sé lo que sucede, sólo... Relajate- me tendió su mojito y me tomé dos tragos largos- Disfruta, relajate. Demasiado estrés has tenido este tiempo en la editorial- grito en mi oído y la miré, estando totalmente de acuerdo. Tres semanas intensas donde había logrado nivelar la mala administración de mi padre, visitar a mi madre, encontrarme con sus reproches de nuevo y empezar la creación de la revista me habían dejado exhausta y harta. Diciéndole que si a una fiesta por primera vez en mucho tiempo.

-Quiero otro trago- Scarlett asintió y pidió otro en la barra. Sentí un brazo rodearme el cuello y miré extrañada a un tipo desconocido que reía a mi lado.

-¿Quieren compañía?- lo miré con desgarado.

-Oye, no toques a mi novia- Scarlett lo miró mal y alejo su brazo de mi. La miré sin saber que diablos hacer o como reaccionar ante la situación.

-Como no, lesbianas de mierda, que asco- escupió el piso e hice un mueca de asco ante su gesto. Pero me intimido más de lo que quisiera. Me intimidó su comentario, su profundidad y lo que pasaría si alguien se enterara de lo que ella había dicho, podría controlarlo, porque era falso. Pero no del todo, la situación real existía en mi vida. Y esa no sabía como sobrellevarla.

-Asco tu madre, idiota- Scarlett le gritó mientras se alejaba. Se volvió a sentar y mire la barra con detenimiento. No le había contando nada a Scarlett sobre Verónica porque no sabía cómo haberlo. Confiaba en que mi amiga lo tomaría bien, y este gesto lo confirmó. Pero no sabía cómo decir en voz alta por segunda vez lo que me sucedía con ella. Pero tenía planeado regresar pronto a California, y eso significaría contarle lo antes posible- No te preocupes, es normal- hizo un Mueca y sonreí asintiendo, pero sintiéndome bastante inexperta en el tema.

Bailé un poco con Scarlett y tomé un poco más, la noche fue buena, pero recordé mucho a Verónica, era como una maldición. Por fortuna, ella no bebió de la forma en que lo hice yo y logró llevarnos a casa a salvo.

-Escucha... La quiero- hablé mientras caminaba a mi habitación Con Scarlett.

-Yo también te quiero- acarició mi cabeza y me reí.

-¡No idiota!- me acosté en la cama y cerré los ojos. Me sentía ebria, aunque no tanto. Sabía perfectamente que no era momento para decirle lo que pasaba. Así que me reí y asentí- Descansa.

-Descansa- besó mi frente y salió de la habitación. Cerré los ojos y me acomode en la cama. Pensando en sus ojos. En lo bonita que debía estar. Busqué mi celular y encontré su perfil de Whatsapp. Mire su foto y grité contra la almohada.

-Española tonta. Tonta- volví a ver su foto y mire el techo apagando el celular. Esto no podía estar pasándome. Me regresé sin avisarle para que no pareciera una relación y ahora estaba pensando en ella cada segundo como una adolescente. Suspiré y acaricie mi rostro- Descansa, Ange- susurre al aire y cerré los ojos.

DE AZUL A MI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora