CAPÍTULO XLIX

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En mi vida, jamas habia sentido incertidumbre de nada. Siempre tuve seguridad de todo. De que seria una gran empresaria, de que seria jefa, de que seria mejor que Eric. De que haria que mis padres ignoraran la ausencia de un varón en su decendencia. Siempre estuve segura de mi misma, de lo que quería y de lo que lograría, hasta Verónica. Con sus ojos empezó la incertidumbre sobre mi, sobre lo que sería capaz de hacer y ser. Ella me habia mostrado que todo de lo que habia estado segura antes era tan falso como la persona en la que me habia convertido. La incertidumbre que sentía ahora era diferente. Con Verónica siempre me pregunté que cosa buena vendría después de su mirada porque siempre me llevaba a pensar en positivo. Ahora sólo podía dudar en qué cosas peores vendrían después de esto, si es que salía victoriosa de aquí.

-Hola- Eric se detuvo frente a mi celda y suspiré acercandome a el. Lo había mandado a llamar temprano. Quería hablar con él porque sentía que le debía una disculpa, y aunque me sentía orgullosa aún, no podía luchar contra la razón.

-Hola Eric.

-No me alegra que estés aquí- me miró con detenimiento y mucha sinceridad. Hice silencio y miré al piso. Luego a él. Sus palabras amables me dieron un empujón a lo que sentía que debía hacer.

-Perdóname- fui sincera yo esta vez y Eric me miró atónito. Sin pestañear. Pausando su respiración de golpe. La palabra me quemó las garganta, pero me refrescó el alma.

-¿Qué?

-No debí exponerte así delante de todos. Tengo razones, pero no son una excusa- suspiré- lo siento, no era mi responsabilidad exponerte así, ni mucho menos meterme en tu vida.

-¿Cuales razones?- hice silencio por unos segundos.

-Eric, fue un error darle esa noticia a los medios. No me incumbia y te dañe a ti, rompí la cofianza de Verónica y ahora estoy pagando un poco esa culpa- suspiró.

-Kamille, ¿Eres culpable del fraude? ¿Lo sabías? ¿Tú estabas en esos negocios con mi padre?

-Eric no te lo diré.

-Kamille- se quejó.

-Se lo dirás a Verónica, no puedo hablar contigo, no eres confiable porque ahora eres su...- giró los ojos- amigo cercano- levanté una ceja.

-Su novio.

-Claro que no, imbécil- giré los ojos- te excitan más los hombres que a mi- hice una mueca y me miró mal.

-¿No deberías querer que ella sepa que eres inocente?

-Si, Eric. Pero quiero decírselo yo. Quiero contarle la verdad siempre y cuando este fuera de este maldito lugar y con todo arreglado- movió la cabeza- Además, no te cite aquí para hablar sobre Verónica- reaccioné un poco alterada evitando que cada cosa en esta instancia me llevara hacia ella.

-Como si no quisieras hablar siempre de ella- sonrió y bufé- que está bien, por cierto.

-Espero que puedas disculparme algún día, ahora adiós- le di la espalda y lo escuché reír. Mi paciencia para Eric siempre era reducida, y había llegado a mi límite.

-Cuidaré de tu novia- me giré hacia el mirándolo.

-Verónica no es mi novia- lamenté haber dicho eso, me hirió no tenerla como eso ahora. Aquí a mi lado.

-Lo fue.

-No- frunció el ceño- ella no fue mo novia, yo nunca... se lo pedí- suspiré- además, es un título demasiado corto para definir algo tan intenso, Eric- negué con la cabeza- lo que ella me hizo sentir no podía ser limitado a ello. No podíamos limitarlo, sólo fuimos juntas. Lo fuimos todo.

DE AZUL A MI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora