Capítulo IX

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Che sentía el cuerpo pesado, apenas podía mantener los ojos abiertos y todo daba vueltas. No podía distinguir nada, su aquellavisión estaba demasiado nublada para hacerlo.

Podía sentir el movimiento del vehículo yendo a toda velocidad; oía voces distorsionadas que maldecían, y aún par de heridos quejándose por sus heridas.

Lo último que supo antes de desmayarse por completo fue que alguien lo estaba tocando, podía sentir las manos subiendo por las piernas y metiéndose bajo su camisa,como si estuviesen buscando algo que no tenía encima.

*

—Big, ¿tienes la ubicación?

—Aún no, Arm sigue triangulando el teléfono de Tawan.

—Ven por mí, ahora.

Kim arrojó su teléfono al otro lado de la habitación. Se cambió de ropa y fue hasta el alijo de armas que guardaba en secreto en una habitación escondida detrás de su armario.

Puso el cartucho en la cámara y guardó otros tres entre los bolsillos de su pantalón. Con la pistola bien guardada bajó en el ascensor para esperar a Big. Al salir de su edificio este ya lo estaba esperando con la marcha puesta y el celular pegado a su oído.

—Llévame con Kinn.

Si quería llegar al fondo de lo que estaba pasando debía unir fuerzas con su hermano, era el único que en este momento poseía toda la información. Big trataba de explicarle cuanta información estaba en su poder, pero Kim sabía que era una pequeñez en comparación con lo que debía saber su familia.

—Arm tiene la dirección. Vamos a encontrarnos con ellos en la casa principal.

—No. Vamos por Che, ellos que nos alcancen. Llegaremos primero.

Big lo miró con los ojos entrecerrados. Había visto a Kim enojado antes, pero no se acercaba al nivel de peligro que expedía en ese momento.

—Deja de mirarme y conduce.

—Ese niño solo es un daño colateral, no es su culpa que Tawan se haya vuelto loco.

Kim pudo haberle dicho que se callara. No era problema de Big lo que estaba pasando, debía limitarse a seguir órdenes, no ha psicoanalizar el comportamiento de Kim.

—Conduce. En silencio.

Tal vez no haya sido culpa de Kim que Che quedará en medio de la refriega, pero si lo era el no haberlo protegido cuando tuvo la oportunidad. Conocía a Tawan mejor de lo que Kinn jamás lo hizo, sabía que era un desquiciado enfermó de poder. Había sacrificado mucho para volver a estar con Kinn, y si tenía que quitar del camino a Porsche, la mejor forma de hacerlo era llevándose a su hermano. Lo tenía, y él lo sabía.

Lo único que no se esperaba era que con su ataque a Porsche había llevado a Kim a un callejón, se sentía enjaulado, un prisionero más. Y esa no era su sensación favorita, odiaba no tener el control de la situación.

Tawan, Vegas y todo aquel que se metiera en su camino tendría que pagarlo con sangre.

—Llegamos.

—Vamos por este lado.

Entraron al almacén por una de las ventanas, era mejor que empujar la puerta trasera y arriesgarse a hacer más ruido del necesario. Todo el lugar  estaba lleno de cajas y contenedores, tenían una ventaja.

Kim jamás le había hecho asco a la acción. No le importaba ser el primero en un enfrentamiento, confiaba en sus habilidades. Pero le hubiese gustado tener mejor ángulo de visión, así podría haber reventado la cabeza de Vegas con sólo un tiro.

MAFIA LOVER (Kimporchay/jeffbarcode ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora