Che esperó junto a la sala de reuniones de la Primera familia, necesitaba hablar con Porsche. Hace varios días que solo se dirigían la palabra con una fría cortesía que lo estaba matando. No podía permitir que la relación con su hermano se fuese al caño de esa manera.
—Porsche.
—Hola. ¿Qué pasa?
—Hablemos.
Kinn se despidió de ambos y se marchó con su ejército de guardias a la planta principal para salir del complejo, estaría todo el día fuera y Porsche se uniría más tarde a él.
—No quiero que estés enfadado conmigo por mi relación con Kim. —Se apoyó en uno de los sofás con los brazos cruzados sobre el pecho—. Sé que hablaste con él, aunque no tengo entendido que se dijeron.
—No es importante.
—Te conozco, y sé como es Kim. La actitud de ambos en los últimos días me dice que no pudo pasar nada bueno.
—En eso tienes razón.
—Hermano, lo que haya dicho Kim no debes tomarlo a pecho. A veces puede ser cruel pero no es su intensión, no sabe medir el impacto de sus palabras en las emociones de los demás.
—Él sabe perfectamente lo que hace, y lo que dice, Che. No intentes justificarlo. —Porsche apartó la mirada por un tiempo demasiado largo, era preocupante la forma en la que actuaba delante de él.
—De acuerdo, no justificaré a Kim o me meteré en los problemas que tengan entre ustedes. Yo solo quiero un poco de paz.
—De acuerdo.
—Porsche, han pasado muchas cosas malas desde que llegamos a esta familia. Ni siquiera somos la sombra de las personas que éramos, y a pesar de ello no podemos dejar que todo eso opaque todo lo demás.
Che, Kim y Porsche habían pasado los últimos meses enfocándose demasiado en las cosas malas, en las situaciones que los llevaron a grandes conflictos. Ninguno de ellos podía continuar por ese camino si no querían acabar resentidos con la vida, existían muy buenos recuerdos a los que aferrarse, a lo que poner en primer lugar.
—Tienes razón —dijo Porsche abrazando a Che con fuerza. —No me agrada Kim, pero haré mi mejor esfuerzo por llevar la paz.
—Gracias. Ahora, me gustaría que vayamos a ver a mamá. Hace tiempo que no lo hacemos juntos.
*
Honey tenía la frente perleada por el sudor, y la mano que sostenía el pincel se encontraba algo temblorosa. Desde la última vez que Kim había estado ahí, no había logrado averiguar qué tipo de drogas usaban con ellas, sospechaba que se trataba de una mezcla de medicamentos que la incapacitaban. Y había tenido que hacer milagros para reducir sus dosis.Las mujeres que se encargaban de sus comidas abandonaban la cocina a la misma hora todos los días, se esperaba puntualidad por parte de ellas. Eso facilitó a Kim poder interceptar a la más joven y ofrecerle dinero a cambio de que hiciera la vista aún lado por unos segundos.
Mientras ella estuviese distraída, uno de los hombres de Kim cambiaba el plato de comida por uno sin adulterar. Era demasiado peligroso arrancar las drogas del cuerpo de Honey de un solo golpe, lo estaban a haciendo de a poco, a veces le daban dos comidas al día con sus drogas o solo una. Pero habían conseguido una forma de disminuir la dosis. Por desgracia su madre era demasiado inteligente, y en cuanto intentaron darle placebos, de alguna forma, notó la diferencia y se rehusó a comer.
Honey quería salir adelante, dejar las drogas atrás pero era una lucha en la que Che no podía hacer mucho. Le hubiese gustado que Porsche supiera lo que sucedía, pero Kim había dejado muy claro que no era posible.
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MAFIA LOVER (Kimporchay/jeffbarcode )
FanfictionKim Theerapanyakul es conocido por su frialdad, es el único de sus hermanos que no se deja llevar por sus sentimientos. Ha pasado casi toda su vida alejado de la familia Principal por los problemas con su padre, pero cuando un nuevo guardaespaldas l...