Capítulo XXXV

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Che no sabía por qué lo estaba abrazando Kim. ¿Para que no viese a su padre morir o porque era él quien no quería presenciarlo? Sin importar cuál fuera la razón, Che se aferró a la cintura de su novio escuchando el jaleo que había detrás de ambos.

Kinn se desplomó en el suelo cerca del cuerpo de su padre, hacía presión en la herida mientras gritaba órdenes a todo el que quisiera escucharlo. Khun berreaba a su lado incapaz de formular algo más que llanto. Vegas salió de la habitación en silencio, con las manos temblando por la impotencia. Y Porsche, se aproximó a su madre destrozado.

—¡Porsche, si sales por esa puerta serás un traidor!

El aludido se puso delante de su madre y con las manos temblorosas señaló hacia su pecho. Che jamás había visto tanto dolor en la mirada de su hermano.

—Eso es lo que soy. Traicione tu confianza, y espero que algún día puedas perdonarme.

—¡Me aseguraré de que tú, tu hermano y tu madre paguen las consecuencias por lo que han hecho!

Kim se alejó de Che, caminó hacia su hermano. Kinn se rehusó a ponerse de pie, así que Kim se arrodilló frente a él, estaba casi tan desesperado como Porsche, parecía un animal enjaulado.

—No dejes que la ira y la decepción te ciegue, hermano. —Kim golpeó su mejilla para obligarlo a que mantuviese la vista fija en sus ojos—. Te arrepentirás más tarde de lo que has dicho. Ninguno de nosotros a actuado de la mejor manera, pero sabes tan bien como yobque hubieses hecho lo mismo.

—Mató a nuestro padre. ¿Cómo puedes ponerte de su lado, Kim?

Kim desvío los ojos hacia Korn, yacía en el suelo bañado en sangre y con las manos temblorosas de Kinn presionando su herida. Llevó dos dedos hacia su cuello y notó el pulso que aunque fuera débil, seguía estando ahí.

—No está muerto. ¿No creerás que papá puede morir tan fácil, verdad?

—¡Alguien que busque a Top, con un demonio! —gritó Khun desesperado.

El médico de la familia junto con un grupo de enfermeras apareció para llevarse a Korn, entraron en tropel a la oficina y se deshicieron de los hermanos Theerapanyakul para poder trabajar mejor. Después de una evaluación rápida de sus heridas, y determinar que necesitaba una operación de emergencia, Korn fue llevado al hospital de la casa. Kinn y Khun se fueron detrás de ellos, ambos dedicando miradas de odio a Kim.

Algún día lo perdonarían, cuando las aguas estuviesen más calmadas y el raciocinio regresara a sus cuerpos; sin importar cuántas veces Kim fuera la voz de la razón para sus hermanos, ellos jamás aceptaban sus palabras hasta mucho después de haberlas dicho. Para ellos, Kim siempre sería el malcriado que se ponía en contra de los suyos.

—Porsche, lleva a tu madre a tu casa. Yo me encargaré de todo. Cuando Kinn este más calmado, hablará contigo.

Porsche asintió, ayudó a su madre a caminar y fue a por Che, pero este se soltó de su agarre.

—Vendrás conmigo. Ahora —demandó.

—No.

—Porsché, no es momento para...

—Dije que no. Tú ve a casa y yo te alcanzaré más tarde. Me quedaré con Kim.

Para Porsche era claro que ya no existía ningún tipo de control sobre Che, el niño al que había criado había desaparecido y en su lugar, había un pequeño monstruo que no sabía muy bien quien lo había creado. Con la palpable decepción en su rostro Porsche tiró del brazo de su madre y la llevó fuera de la oficina sangrienta.

MAFIA LOVER (Kimporchay/jeffbarcode ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora