Capítulo XIX

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—¿Qué pasa entre tú y Kim? —preguntó Macao apenas se sentó junto a él en el auto.

—Nada.

—No parece nada.

—Es solo que últimamente... —Che soltó un suspiro mirando por la ventana, no quería ver a Macao a los ojos— no nos llevamos muy bien. Es todo.

—Dudo que Kim se lleve bien con alguien.

—Es agradable.

—¿Agradable? ¡Jamás lo he visto ser agradable con nadie!

«Conmigo lo es» pensó Che.

Después de la escuela se excusó con un dolor de cabeza para evitar acompañar a Macao al hospital, fue a su casa para cambiarse y reunirse con Pete. Che aprovechó esa oportunidad para volver a la suya e intentar descubrir si Kim seguía allí.

—¿Sabes si Kim está en la casa? —preguntó a Knut en un susurro. Este negó con la cabeza y retrocedió al ver que Porsche se acercaba.

—Oye, saldremos más tarde. Estas bien cenando solo, ¿verdad?

—Sí. Tengo tarea que hacer, así que estaré en mi cuarto. No te preocupes.

Che se alejó de Porsche levantando los pulgares, caminó de vuelta a su habitación para dejar sus cosas y cambiarse de ropa. Tenía que encontrar a Kim y sacarle la idea que se había formado en su cabeza, lo último que necesitaba era que malinterpretara sus intenciones hacia Macao.

Al salir del baño su búsqueda llegó a su fin. Kim estaba sentado en su cama observando su teléfono, al escucharlo acercarse levantó la cabeza y lo observó en silencio.

—No es lo que piensas.

—Lo sé.

—¿Lo sabes porque me crees o porque Knut lo dijo?

—Te creo, Che. A pesar de lo que piensas, Knut no me informa de todo lo que haces.

Che rodó los ojos, se quitó el paño de los hombros y lo dejó en el gancho de la pared. Se sentó junto a Kim con los brazos cruzados.

—Entonces, ¿por qué estás molesto?

—Porque no me esperaba que se hicieran cercanos.

Para Che no era extraño, Macao era el único que se acarcaba en edad a él; van al mismo colegio, están por graduarse, y estaban estancados en medio de un conflicto en el que no habían tenido nada que ver. Era bueno tener a alguien de su parte.

—¿Eso significa que estás celoso?

Kim resopló y de forma involuntaria arrancó una sonrisa en Che, quiso ocultarla pero él ya la había visto. Kim dejó caer la cabeza sobre la almohada y dijo:

—Yo no me pongo celoso.

—No es lo que parece.

—Son imaginaciones tuyas.

Che acercó su mano a la de Kim que estaba abierta sobre la cama, se sintió extraño volver a tener ese tipo de gestos con él. Poco a poco la comodidad que había sentido antes de descubrir quién era volvía, y ya no era lo mismo de antes pero esperaba que fuera mejor. Porque ya estaba cansado de pelear con él, estaba agotado de fingir que lo odiaba.

Kim tiró de su brazo hasta dejarlo caer junto a él en la cama. Rápidamente lo envolvió en un abrazo, y ambos dejaron escapar el aire que ni siquiera sabían que estaban conteniendo.

—¿Me extrañaste? —preguntó en un susurro cerca de su oído. Che comenzaba a estar adormilado, estar abrazado a Kim y sentir las caricias que dejaba en la piel desnuda de su espalda comenzaban a pasarle factura.

MAFIA LOVER (Kimporchay/jeffbarcode ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora