Capítulo XI

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Tres días después del secuestro Kim sabía que Che no era consciente de lo que había pasado, no en su totalidad. Había olvidado el rostro de Kim, y eso era bueno. Pero dejaría de serlo cuando se diese cuenta de quien era.

Sus subordinados le habían informado sobre el traslado de Che a la casa principal. Khun no había dejado de enviarle mensajes para comentarle lo feliz que se sentía de que tanto Porsche como Kinn hubiesen revelado su relación.

Kim no entendía el afán de su padre por mantener a Porsche y Che en casa, pero podía estar seguro de que no guardaban ningún tipo de relación sanguínea entre ellos. De lo contrario Korn jamás se habría arriesgado a que esa relación continuara.

—¡Knut!

—Señor. —Inclinó la cabeza en señal de respeto.

Kim se bebió el resto del whisky que le quedaba y arrojó el vaso en el fregador. Necesitaba volver al trabajo pronto. Y no podía seguir ignorando los llamados de su padre, la excusa de que estaba organizando el traslado, funeral y compensación de Big no le iba a funcionar por siempre.

Tarde o temprano tendría que presentarse en la casa principal y hablar con su padre sobre su imprudencia.

—Dejarás de quedarte aquí. Volverás a la casa principal. —Knut entrcerró los ojos confundidos—. Si alguien pregunta solo diles que me he cansado de ver tu cara. Cosa que no es un mentira, sinceramente me tienes un poco arto.

Kim se rascó el entrecejo recordándose que no debía pagar su frustración con sus sobordinados. Ellos no tenían la culpa del problema en el que se había metido.

—Como quiera, señor Kim.

—Alto. —Lo detuvo antes que se marchara. Knut inclinó la cabeza nuevamente y se quedó de pie esperando la nueva orden—. Tu trabajo será mantener a Che a salvo, desde las sombras por supuesto. No dejes que Porsche se entere de que estás cuidando de él.

—Sí, señor.

—Solo diré esto una vez, así que pespero que te quede muy claro. —Kim se acercó a él y lo apunto con un dedo justo en el corazón—. Si algo le sucede estando bajo tu cuidado, no me será muy difícil meter una bala aquí.

Knut se marchó en silencio. Kim tal vez estaba exagerando pero lo sucedido con Tawan le había dejado un mal sabor en la boca, no quería volver a sentir esa impotencia de nuevo. Y sabía lo que tenía que hacer al respecto, no iba a dudar en hacer lo que consideraba correcto.

Arm y Pol habían llevado a casa de Kim todas las cosas de Big para enviarlas con su familia. Mientras las embalaba descubrió la dirección del templo donde se escondía el policía que había atendido el caso de los padres de Che. Esa debió ser la última información que consiguió antes de que Kim le gritara que no quería saberlo.

En ese momento estaba enojado, se dejó llevar por la ira se sentía hacia sí mismo y actuó se forma irracional. Era hora de volver a la normalidad.

Empezaría por darle una visita al policía.

*

La tercera generación de Theerapanyakul era demasiado joven para haber estado involucrada en el accidente de auto. Con eso en claro, Kim descartó a sus hermanos y primos. Sólo le quedaban dos opciones: Kan y Korn.

Korn había protegido muchas de las imprudencias de Kan cuando era joven, tal vez lo hubiese hecho una vez más cuando chocó a los padres de Porsche.

Y también estaba la posibilidad donde su padre hubiese estado involucrado directamente en el accidente. Kim seguía pensando en su padre de cierta manera, aunque en el fondo supiera la clase de hombre que era.

MAFIA LOVER (Kimporchay/jeffbarcode ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora