Capítulo XXIII

3.5K 317 100
                                    

Kim entró en su viejo departamento, no había estado ahí desde su regreso a Tailandia. Había pasado el resto del tiempo trabajando o con Che en la casa principal. Ahora tendría que fungir como su oficina hasta que pudiese solucionar el problema en el que se había metido.

—Knut, advierte a todos los guardaespaldas que estén infiltrados tanto en la primera como en la segunda familia. No puede haber equivocaciones, tienen que estar alertas en cualquier situación.

—Sí, señor.

Kim se sentó en la mesa para respirar un poco. Debía calmarse antes de llamar a Kinn, Vegas y Porsche. No sería prudente cargar con ese problema el solo, había tenido gran parte de la culpa al llevarse la droga pero todo eso lo había iniciado Vegas cuando traicionó a Don.

Una hora después aparecieron los tres en su puerta, venían acompañados por Time cuya familia siempre había tenido lazos estrechos con los italianos. Había sido él quien cumplió el papel de intermediario entre los negocios.

—Hemos sido señalados por los hijos de Don. No perdonan que hayas matado a su padre —le explicó mirando a Vegas—. Tú lo iniciaste y yo hice que explotara cuando me llevé cuatro camiones de su producto.

—¿Kim, que demonios te pasa? Si me dices que sólo lo hiciste para divertirte, te juro que te mataré.

—¡Lo hice porque papá me envió por ellos! ¡No soy tan estúpido, Kinn! Además, ese no es mi maldito trabajo, sino de él —señaló a Porsche iracundo—, pero tu esposa ha pasado más tiempo lloriqueando que haciendo lo que le corresponde.

—¡Qué te pasa imbécil! Fuiste tu quien puso el blanco sobre nuestras cabezas.

Kinn detuvo a Porsche antes de que se lanzara contra Kim. No podían permitirse una pelea entre ellos en ese momento; Kim volvió a hacer el hombre racional que era, no iba a dejarse llevar por la adrenalina que corría por su cuerpo en ese momento.

—Muy bien, basta. ¿Time estás de nuestro lado o no?

—Con ustedes, por supuesto. Sin embargo, necesito una parte significativa en cada uno de los negocios de los que tomes posesión, lo que hiciste —dijo dirigiéndose a Vegas— también pudo ser considerado como traición a mi familia, mi padre no estaba contento.

—Bien. Lo tendrás.

—La solución es simple —dijo Vegas. —En lugar de presas debemos ser cazadores. Ir por ellos antes que siquiera puedan hacer un movimiento hacia nosotros.

—La segunda familia iniciará la casa —determinó Kim—. La primera se dedicará a la protección de ambas divisiones. Y Time, ¿sabes lo que tienes que hacer?

—Por supuesto —Sonrió de medio lado. Time era casi tan sádico como Vegas, e igual de calculador de que Kim. Si no fuese un libertino irresponsable sería una amenaza para los Theerapanyakul. —Hacerme el mártir es mi artiña favorita. Mientras tanto, no podemos hacer nada. ¿Quién quiere un trago? —Levantó una de las botellas de whisky con las misma estúpida sonrisa pegada al rostro.

*

Eran más de las cuatro cuando Kim llegó a casa, estaba eufórico por todo el alcohol que había bebido y un tanto ansioso, parecía una especie de animal enjaulado.

Che dormía bocabajo en una posición extraña, tenía muy mal dormir por lo que le había costado mucho adaptarse a dormir con alguien más. Al principio fue una tortura para Kim, ya que a media noche Che solía pensar que era la cama en lugar de su compañero. Siempre despertaba con fuerte dolores de espalda por cargar con ese peso sobre él, cosa que no ayudaba con las burlas de Che hacia su edad.

MAFIA LOVER (Kimporchay/jeffbarcode ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora