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Vi como Itzitery se ponía pálida y poco a poco ni su labial pudo mantener el color en sus labios pero luego, como por arte de magia retomó la compostura y se levantó

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Vi como Itzitery se ponía pálida y poco a poco ni su labial pudo mantener el color en sus labios pero luego, como por arte de magia retomó la compostura y se levantó. Lí tenía una mirada que decía: “Te mato”. Pero realmente ¿Qué diablos quiere? Eso fue hace ya mucho tiempo pero, sería bueno tener palomitas pues esto se va a poner bueno.

—Lo que escuchaste— le dijo Itzitery como si nada. Lí luchaba por no soltar todo lo que pensaba.

—¿Por qué me mentiste?— preguntó él calmado.

—Nunca lo hice.

—¡¿Qué no?! —gritó ya desesperado asustandonos a todas y ahora que lo pienso ¿No habrán invitado a Jazmín? Ah, cierto, Itzitery la odia pero ¿A quién no odia Itzitery?— ¡¿Puedo contar con mis dedos las malditas veces que haz dicho alguna verdad?! ¿Segura que Simón es mi hijo?

Y en serio no me esperaba eso. La vista de Itzitery se nubló en lágrimas y de un momento a otro le dio tremenda bofetada que le dejó la mano pintada del otro lado de la cara. Lí llevó una mano donde ella lo había golpeado y luego se marchó. Nina se acercó a Itzitery y ésta se secó la lágrima que había escapado de su ojo y luego volteó hacia nosotras.

—¿En dónde estábamos?— dijo con una sonrisa malévola que denotaba que esto no se quedaba así, así que nosotras decidimos seguirle el juego.

—Oye... —comencé a decir para normalizar el ambiente— ¿No invitaste a Jazmín?

—La odio —eso ya lo sabía— Pero sé que te agrada así que la invite.

—¿Dónde está?

—Se metió en el baño y no ha salido desde que llegó Ámbar.

Ah, ya entiendo. Caminé hasta el baño pero rápidamente me devolví pues no sabía donde estaba, luego de que Itzitery me indicara su ubicación fue directo allá y toqué la puerta.

—¡Aléjate, Ámbar!— la escuché gritar.

—Soy yo, Jazmín— le dije y ella abrió la puerta lentamente— Y si fuera Ámbar no deberías de hablarle así— dije poniendo mis manos en la cintura.

—Lo siento— dijo ella bajando la mirada.

De pronto escuchamos ruidos extraños, bueno, no tenían nada de extraño si veo donde estoy. ¡Estaban lanzando cosas! Nosotras corrimos a ver que pasaba y vimos a Nina y Ámbar tratando de calmar a Itzitery quién arrojaba todo a su paso, cuando me vio me lanzó la botella de champagne pero yo la esquivé.

—¡Eres una hija de perra! ¡Me quitaste a mi bebé!— me gritó.

—Itzitery, por Dios —dije calmadamente— ¿Qué diablos te pasa?

—Lo que pasa —dijo y pareció calmada un instante, Nina la soltó asustada— Lo que pasa es qué... ¡Quiero arrancarle el purro a Lí-Picón con una motosierra!— gritó.

Malas DecisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora