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Sé que soy reiterativa, pero jamás imaginé encontrarme en una situación tal como ésta. Estar siendo llevada en el hombro del caballero de mis sueños que me ha secuestrado cual damisela, para encerrarme en su morada y hacerme el amor hasta el amanecer... Con algunas diferencias, por supuesto. Como ser que es Adrien, yo no soy ninguna doncella, la morada es la casa de mis amigos y bueno... Lo último quizás sí se pueda asemejar a mi fantasía.

A medida que él avanza por la sala en dirección a la habitación y yo reboto ligeramente sobre su hombro, veo como la cara de Nino se transforma en una de desesperación pura para saltar de su silla y acercarse corriendo hacia nosotros gritando con uno de sus dedos índices en alto. - CLAAAARO QUE NOOOO! A MI HABITACIÓN OTRA VEZ NO! - 

Alya estalló en una carcajada, pateó sin querer la mesa y aunque se estaba quejando del dolor no podía parar de reír, contagiándome la risa pero sin indicios de alejar de mí la tentación y excitación que me estaba provocando saber que posiblemente se iba a repetir lo de hace un rato antes.

Luego de unos pasos más, Adrien se detuvo bastante antes de llegar a la habitación y me bajó lentamente hacia el suelo, cuidando que mi ropa se mantuviera en su lugar y yo quedara completamente apoyada con ambos pies. - Tranquilo amigo, era una broma! - Se largó a reír cuando Nino se le abalanzó encima, colgándose de su cuello como para derribarlo. 

Cómo que era una broma? Maldita sea! Bufé inflando las mejillas al mismo momento que di media vuelta para regresar a la mesa con mi amiga, pero luego de que Nino soltó a Adrien tras darse algunos golpes cariñosos, me tomó de la mano y me frenó.

Se acercó hasta mi oreja y me susurró. - No estás enojada, verdad? Sólo quería hacerle una broma a Nino. Perdón si te usé como medio para eso... -

Yo le clavé mi falsa mirada de ofendida por unos segundos pero no pude sostenerlo, el me veía con una ternura que me hacía sentir como mantequilla siendo cortada con un cuchillo caliente. - No, no te preocupes. Admito que fue gracioso. - Le sonreí y me acerqué para ahora yo hablarle en voz baja. - Aunque me había ilusionado. - Me alejé de su oído y fruncí mis labios con picardía.

Él resopló con una expresión de sorpresa, alzando las cejas y, desviando la mirada, se rascó la nuca. Su clásica señal de que está nervioso. - Bueno... No es algo que no se pueda solucionar en algún otro momento, verdad? -

- Claro, soy muy flexible. - Al instante en el que lo dije, e involuntariamente, me sonrojé completa porque, con toda la sinceridad del mundo, no fue mi intención darle doble sentido. O sí?

- Jajaja! - Su risa me destruye. - En ese caso, qué... Qué bien! Habrá que probarlo... Digo, programarlo! Un... Una... - Por qué tartamudeas Adrien? Te pongo nervioso yo a ti? Se han invertido los papeles?

- Una cita? Me estás invitando? - Intenté ayudarlo a terminar la frase.

- Eso! Una cita. Tú y yo. Pero que no necesariamente tenga que terminar en... Ya sabes. Es lo que quise decirte antes. - Me apretó con firmeza la mano para luego llevársela hasta su boca y besármela, haciéndome sentir mariposas en mi interior. Como si de repente lo amara tanto como antes.

- AY, USTEDES DOS, TÓRTOLOSSS!!! - Gritó Alya desde la mesa. - Ya vengan a terminar de cenar para que podamos ver la bendita película que tanto nos costó elegir! -

*-*-*

Hace dos horas que estamos sentados los cuatro en el living en penumbra viendo esta película de terror de mierda. Nino se quedó dormido ocupando la mayor parte del sofá grande, convengamos que la falta de divertimento del guión sumado al exceso de alcohol que bebió durante la comida influyeron directamente sobre su capacidad de aguantar más de media hora con los ojos abiertos. Alya batalla con la pesadez de sus párpados detrás de los cristales de sus lentes, supongo que intentando entender por qué la protagonista siempre es una idiota que se mete en los lugares más tenebrosos. Lo sé porque la conozco y siempre hace ese tipo de comentarios. Yo ODIO las películas de terror, nunca logran atraparme... Pero en realidad es que me muero de miedo. Mientras que Adrien... Él sí está prestando atención. A pesar de que estoy sentada sobre sus piernas hace más de una hora, ya que sugirió que los dos nos moviéramos al sofá pequeño porque Nino estaba dormido y no íbamos a entrar, y que seguramente las tenga entumecidas. Tiene una mano levantada sobre la que reposa su sien, mientras que con la otra me abraza y acaricia al mismo tiempo la pierna. Obvio que yo no pierdo la oportunidad de refugiarme en su pecho y cuello cada vez que algo me asusta.

Vanilla Lemon -MLB AU Adrienette-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora