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Hoy ya es martes y no veo la hora de que llegue el viernes para volver a ver a Adrien. Más allá de todos los problemas que me aquejan, pensar en que en tan solo tres días estaré oliendo su delicioso perfume directamente de su cuello, saboreando sus suaves labios mientras sus manos recorren mi cuerpo como si estuviera muerto de hambre y quisiera devorarme entera al igual que una fresa cubierta en chocolate... AHHHH. Mejor me detengo y sigo cosiendo porque en cualquier momento llegará la chica que se casa la semana próxima para realizar la última prueba de su vestido.

Nos mandamos mensajes todo el tiempo, hemos hablado por video también, ésto parece un sueño. Suspiro mientras hago unas últimas puntadas en la manga del vestido de novia con mi máquina de coser, para asegurar el delicado encaje blanco que mi clienta escogió. Tengo la agenda bastante completa este mes con todos mis encargos, espero llegar a tiempo con todos y además tener la fuerza de voluntad suficiente como para trabajar en mi proyecto de la universidad. Menos mal que Adrien me ayudará con eso.

Detengo la marcha de mi máquina de coser al ver la puerta de mi habitación elevarse y aparecer la cabeza de mi madre por el hueco. - Hija... -

- Qué pasa mamá, ya llegó? - Mierda, la esperaba pero un poco más tarde.

- Eh... - Mamá se quedó observándome pensativa.

- Llegó Michelle? - Pregunté nuevamente esperando una respuesta mientras me levanté al instante y preparé el vestido.

- No, la jovencita del vestido no llegó. Pero tienes visitas. - Sonrió nerviosa.

- Adrien? - Dije en voz baja con una sonrisa, buscando su complicidad. Aunque me parecía extraño ya que hasta hacía unos minutos había estado intercambiando mensajes con él, hasta me envió una foto trabajando en su oficina...

Mamá negó en silencio.

No. Por favor no, no ahora... - Es Luka, verdad? Está en la sala? -

- Sí, cariño. - Me respondió en voz baja. - Subió por la panadería, tu padre lo dejó pasar. -

Inspiré y exhalé con dolor en el pecho. - Diablos. Ahí voy. - Corrí hacia atrás mi silla, me sacudí un poco los hilos que habían caído sobre mi pantalón y me tomé un segundo para relajarme.

Atravesar la puerta trampa de mi habitación y bajar esos escalones nunca se sintió tan difícil como ahora. Pensar que hasta hace no mucho tiempo atrás cada vez que mi madre o mi padre me avisaban que él me estaba esperando, los bajaba corriendo con mucha felicidad para saltar directamente a sus brazos. Me detuve en el último escalón antes de llegar al piso, tomada del barandal, para verlo ahí parado junto a la ventana al lado del televisor. Tragué saliva y suspiré al sentir como sus ojos celestes me observaban derramando melancolía desde la otra punta de la sala.

- Hola Marinette. - Dijo con su clásica, calma y profunda voz, acercándose a la escalera.

- Hola... - Miré un segundo a mi madre que espectaba mi actitud desde la mesa, analizando la situación. Pude percibir como me asintió sutilmente con un parpadeo de sus ojos, como si estuviera leyendo mi mente y supiera que necesitaba su aprobación para pedirle a Luka que me acompañara a mi habitación. - Ven, sube. - Me di vuelta, hice unos escalones arriba y empujé con la mano la puerta para subir.

Luka entró detrás mío y cerró la trampilla, dejándola caer al suelo con cuidado. Dio un par de pasos hacia mí, hasta quedar frente a frente conmigo y abrió sus brazos invitándome a un abrazo que, después de pensar durante algunos segundos, acepté. Apreté mis párpados con fuerza, apoyando la mejilla en su hombro mientras él me atrapaba contra su pecho. - Disculpa que no te avisé que vendría, pero me pareció mejor así. -

Vanilla Lemon -MLB AU Adrienette-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora