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Me alzó tomándome desde abajo de mis muslos para llevarme en tan solo unos pasos hasta la pared, me apretujó contra ella y luego de cortar nuestro beso para respirar, bajó hasta mi cuello para morderme y succionar con fuerza en uno de mis lugares favoritos, el hueco de mi clavícula. Entiendo que debo sostenerme firmemente al sentir los dedos de su mano derecha clavándose en una de mis nalgas mientras mantengo los ojos cerrados y la boca entreabierta por la que se escapan mis suaves gemidos. 

- No quería interrumpirte, Adrien, lo siento... - Le susurro intentando yo también creer en mi propia mentira. 

- Debería castigarte por ser tan mentirosa. Pero sé que esto te encanta... - Me levantó un poco más arriba y en un movimiento rápido me soltó para penetrarme con fuerza de una sola vez, haciéndome tiritar y gemir muy fuerte en esa mezcla de goce, dolor y sorpresa, sin dejar de tenerme atrapada contra la pared, con mis piernas alrededor de su cadera. Escucho algunas voces desde el portátil pero no me importa nada de lo que puedan estar diciendo y, evidentemente, a él tampoco.

Estos arrebatos de pasión me desesperan, junto con la sensación de mi interior siendo forzado a abrirle paso a su miembro que llega tan profundo en esta posición, me está convirtiendo en adicta; una dependiente al contacto de su cuerpo que hará todo lo posible para traerlo conmigo a este vicio de necesitarnos todo el tiempo. Aunque creo que no falta demasiado.

Fueron unos cortos minutos de embestidas salvajes en donde él tenía el control absoluto de mis movimientos y los suyos, por lo que solo bastó apretar un poco mis paredes internas para que explotara dentro de mí mientras nos mirábamos fijamente a los ojos. Reposó por unos instantes su frente contra la mía, me besó, salió de mí y me ayudó a bajar las piernas para apoyarme con cuidado en suelo.

- Aquí tienes el rapidito que me pediste, hermosa. - Me acarició la mejilla, a lo que respondí ladeando mi cabeza hacia su mano derecha, dejando mis párpados cerrados. - Si seguimos así me vas a dejar seco... - Dijo riéndose.

- Entonces gracias, me gustó muchísimo. Y tú fuiste el que me comentó que en el pasado quería hacerlo todo el tiempo... - Me tomé el atrevimiento de bajar mis manos hasta su entrepierna y ayudarlo a acomodar su sexo dentro de su pantalón de jogger.

- Bueno, pero nunca me imaginé que contigo sería tan literal... - Se giró para regresar hasta su silla sin dejar de mirarme. - Mejor ve a vestirte, Mari, no quiero que te resfríes. -

- No quieres que me enferme o crees que no podrás volver a resistirte? - Le pregunté juguetona colocando mis muñecas a la altura de mi cadera.

- Ya me cuesta resistirme cuando estás vestida, así que espero que eso responda tu preg... Pero qué pasó? - Se interrumpió a sí mismo mirando muy confundido la pantalla de su computadora.

Me acerqué hasta él, rodeé el escritorio con el fin de quedar a su lado para también observar la pantalla, me entró curiosidad a causa de su reacción tan repentina. - Qué ocurre? -

- Me sacaron de la reunión, pero por... Oh, no, mierda. - Se llevó ambas manos a las sienes para rascar con fuerza su cuero cabelludo mientras "sonríe" nervioso apretando los dientes.

- Qué? -

- Parece que... Olvidé el micrófono abierto... - Levantó lentamente la mirada para clavarla de forma temerosa en mis ojos. - Tengo mensajes de unos de mis compañeros de equipo diciéndome que se estaba escuchando todo... Además de preguntarme con quién estoy, por supuesto. -

Me cubro la boca horrorizada y terriblemente avergonzada, mis mejillas comienzan a arder en más que seguro un intenso color rosado y no sé qué decirle.

- Mi padre me va a matar... - Bufó girando su silla hacia el ventanal que había detrás suyo en la habitación, se levantó y caminó hacia él rascándose la nuca.

Vanilla Lemon -MLB AU Adrienette-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora