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Otra vez vuelvo a abrir los ojos e intento identificar dónde me encuentro. Sé que es temprano porque la escasa luz que se cuela a través de las persianas es clara pero aún no brilla con tanta intensidad. Paredes verdes olivo, cabellos rubios frente a mí... Oh, sí... Sigo en la cama de Adrien. Qué excelente noticia.

Está de espaldas a mí, aún dormido, acostado sobre su lado derecho. Oigo su tranquila y rítmica respiración mientras me acerco a él, con mucho cuidado de no despertarlo, para pegarme a su cuerpo y abrazarlo. Puedo aspirar el aroma natural de su piel, mezclado con un poco del perfume que usó para ir a cenar y un ligero sudor causado por todo lo que hicimos antes de dormir. En mis oídos aún resuena su primer "te amo", que luego se repitió varias veces mientras nos acariciábamos y acurrucábamos bien cerca uno del otro. No sé si es que sigo dormida y todo esto es un sueño desde que nos reencontramos, pero sí sé que quiero que dure para siempre.

Estaba a punto de quedarme dormida de nuevo después de haber apoyado mi cabeza sobre la almohada y mi mentón en su hombro, hasta que una alarma que, supongo, venía de su teléfono móvil comenzó a sonar en un volumen muy leve. Adrien gruñó de forma muy suave y a los pocos segundos estiró su brazo hasta la mesita de noche para tomar el dispositivo y desactivar la melodía que acababa de despertarlo. Inspiró profundo y, con mucho cuidado, giró su rostro hacia mi lado para encontrarme a mí con los ojos abiertos.

- Mari... Te despertó la alarma? - Me preguntó moviendo todo su cuerpo para envolverme en un abrazo, aún un poco somnoliento. - Has podido descansar? -

- No, me desperté sola hace unos pocos minutos pero estaba por dormir nuevamente. Qué hora es? -

- Las 7 de la mañana. - Me abrazó más fuerte, me besó la frente y reposó su mejilla junto a la mía mientras sus piernas se movían bajo las sábanas.

- Nos vamos a levantar tan temprano un sábado? - Cuestioné ya pensando en las pocas ganas que tengo de trabajar en mi proyecto. - De verdad? -

Rió dulcemente. - No... Puedes dormir un rato más, ésta es mi alarma de los sábados para levantarme a entrenar. -

Fruncí mi entrecejo y aleje un poco mi rostro para mirarlo confundida y a la vez asombrada por tal fuerza de voluntad. - Haces esto todos los sábados? -

- Así es. Ya te dije que trabajo mucho para mantenerme en forma. De hecho también lo hago los lunes y los viernes que no voy a la oficina, solo que ayer... Ya me hiciste entrenar de otras maneras. - Me guiñó el ojo con esfuerzo ya que aún sus párpados se veían ligeramente hinchados por estar recién despierto. - Tú quédate descansando que yo volveré antes de que te vuelvas a despertar. - Me soltó, se giró, estiró sus brazos para desperezarse y se sentó al borde de la cama.

Lo tomé del elástico de su ropa interior. - Pero a dónde vas? -

- Al gimnasio. - Se volteó para tomarme de la mano, besarme el dorso, dejarla sobre la cama y levantarse. - Cuando vivamos jun... Digo, algún día podríamos ir juntos. -

Aunque quieras corregir tus palabras, escuché claramente lo que dijiste. No lo repitas porque mañana tienes mis maletas en la puerta. - Pero no tan temprano... -

*-*-*

Adrien tuvo razón en decirme que no me daría cuenta de su ausencia mientras estuviera en el gimnasio, porque más allá de seguirlo con la mirada a la vez que se vestía con ropa deportiva paseándose frente mío en la habitación, de un momento a otro perdí la consciencia y me quedé dormida. Volví a abrir los ojos al sentir un beso suyo en mis labios, acompañado por el grato aroma de su shampoo justo después de salir de la ducha. El alboroto emocional que me provoca encontrarme con su mirada llena de dulzura como lo primero que veo al despertar, no tiene comparación con ninguna otra cosa que haya podido experimentar.

Vanilla Lemon -MLB AU Adrienette-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora