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Alya tenía razón con que éste bar se llenaba bastante rápido, apenas acabamos de entrar y detrás nuestro un muy poco simpático hombre de seguridad colocó la típica cinta roja que impide el paso de otras personas, indicando que el lugar estaba a tope de gente. Está ambientado como si fuera un bar irlandés, todo en madera, mucho color verde oscuro y las paredes cubiertas en ladrillos a la vista. Copas colgando de la parte superior de la barra, media luz en tonalidades cálidas pero que no alumbran demasiado y lo mejor de todo es la buena música que logro escuchar de fondo. Además de que entrar de la mano de Adrien es como sentirse parte de la realeza, espero nunca despertar de esta tan utópica realidad.

Una gentil camarera nos ubicó en una mesa rodeada de pequeños sofás para cuatro personas ubicada como en un cubículo que me remitía a estar dentro del hueco de un árbol en el bosque. Me quedé apreciando la vestimenta de la chica y de todos los empleados en general, alegórica al clásico duende Leprechaun en color verde, obviamente, irlandés. Adrien me hizo pasar primero y se sentó a mi lado para inmediatamente volver a tomar mi mano, entrelazar sus dedos con los míos y llevársela hasta sus labios para besarme el dorso.

- Qué sucede, aún no se quitaron las ganas? - Preguntó Nino jocoso mientras se arrojaba sin cuidado sobre el sofá aterciopelado, también verde. 

- Nino... - Ni siquiera Alya había logrado sentarse del todo que ya estaba reprendiéndolo.

- Qué? Todavía no tengo mi colchón nuevo, por lo que tengo todo el derecho de decir lo que quiera. - Declaró levantando su dedo índice por delante de su rostro.

- Ya te expliqué que yo misma le dije a Adrien que no necesitamos un colchón nuevo, con la hermosa manta que nos ha regalado es más que suficiente. - Después de bufar volvió su rostro para mirarnos y revoleó los ojos. - Hace una semana que duerme en el sofá. -

Adrien y yo nos reímos sin poder creer la convicción de Nino con algo como eso a la vez que él me abrazaba mucho mas fuerte por la cintura para quedar con mi cabeza apoyada en su hombro. - A ver, Nino... Cuántos años hace que sales con Alya? - Preguntó Adrien.

- Mmm... Pues... - Miró dudoso a mi amiga que lo observaba de reojo y de forma amenazante en el caso de que fuera a equivocarse con la cantidad de años que llevan juntos. - Ehh... Como 10? - Sonrió apretando sus dientes ante Alya que murmuró "menos mal".

- Y quisiera saber... Después de 10 años, a ti se te quitaron las ganas de cogértela? - 

Alya, Nino y yo quedamos con la boca abierta ante esa picante pregunta que acababa de salir de la boca de mi nov... Digo, de Adrien. Yo ya vengo acostumbrándome a escuchar las cosas que me dice cuando estamos solos y se desata parte de su personalidad pervertida pero creo que ellos no, a pesar de haber seguido siendo amigos durante estos últimos cinco años. Por un lado me encanta que tenga una forma de ser exclusiva conmigo, pero por el otro me hace pensar si todo lo que conozco de él no es más que una imagen de perfección que le obligaron a crear para mantener una reputación. De cualquier forma, lo que me ha mostrado hasta ahora me hace muy feliz, porque a pesar de que algunas actitudes no sean tan buenas, son las que lo hacen una persona real a la que puedo amar y que, gracias al destino, también me ama.

- Nnn... No! Claro que no! - Respondió Nino un poco sonrojado, mientras que Alya se carcajeaba por los nervios y la sorpresa de oír a su amigo así, echándose hacia atrás con la mano en el estómago.

- Entonces creo que eso responde tu pregunta. - Adrien le sonrió y giró de inmediato su rostro para tomarme del mentón y besarme de forma muy sexy. 

- Pero qué ha pasado contigo, modelo perfecto? Estar con mi amiga liberó tus bajos instintos? Qué le hiciste, Marinette? - Alya me guiñó el ojo repetidas veces para volver a echarse a reír.

Vanilla Lemon -MLB AU Adrienette-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora