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Ir junto a Adrien en su coche hacia su casa me resulta sumamente irreal, parece una fantasía de las que tenía cuando era más chica en las que lo incluía en cada uno de mis planes futuros. Hasta ahora no hemos tocado el tema de "las novedades", como él lo llama, ya que solo se ha dedicado a preguntarme cómo estoy o si necesito algo mientras conduce y cada vez que nos detenemos me pide en silencio mi mano para acariciármela o solo sostenerla. Me sonríe, mueve su cabeza al ritmo de la música que suena dentro del auto y tararea en silencio gesticulando con sus labios. Yo lo acompaño dejándome llevar por la grata y clásica melodía de aquellas canciones de años en los que ninguno de los dos siquiera había nacido.

Is this love that I'm feeling? (Es amor lo que siento?)
Is this the love that I've been searching for? (Es este el amor que he estado buscando?)

Cantamos los dos en voz alta al mismo tiempo que el estribillo de Is this love de Whitesnake sonaba en ese compilado de canciones de los 80's que según Adrien era el favorito de su mamá y que cada tanto escuchaba para relajarse. Ambos nos miramos de reojo completamente sonrojados como dos niños chiquitos al interpretar lo que esa oportuna letra decía.

- Será? - Me preguntó mordiéndose el labio a la vez que soltaba una suave risa, volviéndome loca por vez número 100. - Ya casi llegamos. -

Alcé mis hombros muy nerviosa como si no supiera, para no decirle directamente todo lo que mi corazón quería gritarle en un acto de impulsividad. - Este barrio es muy bonito. -

- Sí, lo bueno y a la vez malo es que hay bastante movimiento durante todo el día. - Se detuvo frente a un edificio de clásica fachada parisina, apretó un botón de un dispositivo que acabo de notar que tiene en el techo de su coche y el enorme portón negro que se encontraba a nuestra izquierda se abrió al instante. Ingresó con cuidado a la cochera hasta el espacio que le correspondía a él, hizo un par de maniobras observando en un monitor en el centro del panel del auto cómo algunas luces se encendían de acuerdo a como se movía y, al detenerse completamente, apagó el motor.

Yo no podía dejar de mirar esa pantalla tan tecnológica con lo que supuse eran sensores de proximidad para ayudar a acomodar el vehículo, con mi entrecejo fruncido por lo sorprendida que estaba. - Ésto debe ser obra del diablo... - Dije en tono gracioso, haciendo que Adrien girara su cabeza lentamente para prestarme atención y soltar una carcajada fuerte.

- Estás loca, me haces reír... - Me acarició la mejilla con dulzura. - Vamos? - Bajó del coche para ir hasta la parte trasera a tomar mi bolso y mi mochila y colgárselos de cada hombro. Sí, traje un bolso y una mochila para dos días, pero tengo motivos! No podía poner mi computadora en el mismo bolso que la ropa...

Caminamos por el oscuro estacionamiento del edificio en donde nuestros pasos hacían eco sobre ese suelo de cemento alisado hasta llegar a la puerta del elevador que Adrien llamó presionando el botón. Si bien la situación no era para nada incómoda, había algo que nos impedía conversar libremente, quizás eran los nervios, la ansiedad o la extrañeza por la facilidad con la que los eventos se venían sucediendo. Como si todo se acomodaba a nuestro favor al igual que una corriente de aire se hace paso dentro de una habitación con ventanales abiertos. 

El elevador llegó, Adrien abrió su puerta y haciendo uso de sus clásicos gestos de caballero, me indicó con un movimiento de su mano que subiera primero. Entró detrás mío, marcó el piso 3 y luego de cerrar la puerta tijera manualmente, me sonrió a la vez que me observaba de manera que, a mi parecer, era muy tierna. Pasó su brazo por detrás de mi espalda para tomarme de mi hombro contrario, me pegó a él de costado y apoyó el lado derecho de su cabeza por encima de la mía y pude escucharlo suspirar a la vez que las cadenas del elevador chirriaban tras pasar por los primeros pisos. - Me emociona tenerte aquí. -

Vanilla Lemon -MLB AU Adrienette-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora