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Apreté mis dientes aún con mis manos sobre el cierre del pantalón, gruñí de odio en mi interior y bufé. Justo ahora Alya, en serio? Giré mi vista hacia Adrien que encogió sus hombros y frunció sus labios hacia un costado.

- OK! - Respondió él alzando un poco la voz.

- Está todo bien? - Preguntó Alya desde el otro lado, sin entrar.

- SÍ ALYA, VETEEE! - Exclamé enajenada en dirección a la puerta de la habitación. Volví a voltear para ver a Adrien que se había quedado sorprendido de mi reacción, con una sonrisa en su rostro.

- AJAJAJAJ - Se oyó una carcajada de mi amiga desde afuera. - Bueno, pero no se demoren mucho que se van a enfriar las pizzas... - Canturreó.

Esperé unos segundos para cerciorarme de que ya se había ido tras escuchar sus pasos alejándose y continué con lo que todavía ni siquiera había logrado empezar, no sabía si esa sería la única vez que lo viera así que tenía que aprovechar. Jalé sus pantalones hacia abajo pero Adrien nuevamente me tomó de una de mis muñecas para detenerme.

- Mari... -

Revoleé mis ojos y no lo dejé hablar. - Un poquito aunque sea, por favor... - QUÉ HAGO SUPLICANDO POR HACER ESTO? Ok, alineemos los pensamientos, es Adrien, es Adrien... Me dijo que quiere hacerlo conmigo, le gusto...

- Es que me voy a poner peor de lo que ya estoy y te voy a terminar estampando contra la pared para metértela de parados. Te lo juro. Y hay que ir a comer. - Tironeó de mi muñeca para que me acercara a él y me acostara a su lado para abrazarme con fuerza.

- Lo que menos me interesa es la comida. - Me quejé tratando de bajar una de mis manos hasta su entrepierna, estoy más que decidida! Y soy muy caprichosa.

Adrien bufó riendo, atrapó mi mano nuevamente y la sostuvo muy firme. - Créeme que a mí tampoco me interesa la comida. Pero, a ver... Cómo te sentirías si yo te tocara "un poquito" y después dejara de hacerlo para levantarme e ir a hacer otra cosa, como por ejemplo comer pizza? -

- A ver, probemos cómo me siento. - Lo reté.

Suspiró y negó moviendo su cabeza hacia los lados con los ojos cerrados. - Estás loca. Pero me encanta. - En cuestión de un segundo, posó su mano en mi brazo y hábilmente me volteó para dejarme boca arriba como si estuviera crucificada, acomodó mi falda hacia arriba y clavando como estacas sus ojos verdes en los míos, cambió totalmente su expresión de centrado a lujurioso. Colocó una de sus rodillas entre mis piernas, separándolas, la mano que sostenía mi brazo comenzó a deslizarse por mi cuerpo; pasó por mis pechos y los masajeó suavemente, siguió su camino hasta mi abdomen, corrió la falda y sin dejar de mirarme deslizó sus dedos por debajo de mi ropa interior hasta llegar a mi intimidad.

Solté un gemido casi insonoro. Estoy tiritando por las expertas caricias que imparte sobre mi punto de placer con sus dedos que se deslizan con demasiada facilidad por toda mi feminidad debido a lo mojada que estoy...  Hasta que se detuvo y quitó su mano bruscamente. Levanté mi cabeza y lo miré con desesperación. - No! - Exclamé.

- Ahhh... Ves? - Sonrió maliciosamente sacando su lengua de su boca para lamerse el labio de arriba suavemente y excitarme aún más. - Igual... Tengo que confesarte que ésto tampoco me hizo bien a mí. Estás... Muy mojada y... - Se mordió ahora el labio inferior. - Siempre estás así toda... Suave? -

Bendito tratamiento de depilación láser. Qué gran regalo de parte de mi abuela Gina. - Sí, siempre. Te gusta así? -

- Ay, no sabes cuánto me encanta... - Cerró los ojos como lamentándose, inspiró y exhaló agitado un par de veces y se llevó la mano a su cabello para tironeárselo mostrando los dientes. - Lo siento, no aguanto más. - Qué le pasa? No sé si está feliz, triste, frustrado? - Te juro, Mari, que yo no soy así. Lo siento. - 

Vanilla Lemon -MLB AU Adrienette-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora