Atsumu trabaja para La Faire, un triste y decadente bar de mala muerte administrado por el líder de la Familia Gu, una organización clandestina con gran poder económico y político a la que no pertenece pero al mismo tiempo agradece pues al menos le...
Aclaraciones del capítulo: Diálogos en cursiva son eventos del pasado.
Resumen del capítulo: aWANTAAaaAaa.
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—Nunca te lo he preguntado pero siempre he tenido curiosidad —respiración entrecortada, ojos vidriosos, mejillas rojas y sus piernas viscosas luego del orgasmo que su pareja le acaba de dar—. ¿Qué significa el tatuaje que tienes aquí, Suga?
La mano de Daichi siempre le ha parecido grande y poderosa, y no es que la suya sea tersa y delicada, él también está lleno de cicatrices en todos lados pero cada que el castaño la pone en su cintura se siente pequeño. La complexión de Daichi es un poco más robusta que la de él, quizá sea eso.
Kōshi parpadea primero, un poco somnoliento, como una mariposa. Como la mariposa atrapada en ese mundo que no se ajusta a él que Daichi siempre dice que es.
—Es que...E-Eres muy bonito, no entiendo por qué-...— dijo aquella vez Daichi cuando vino a él tan serio primero, volviéndose una masita de nervios y balbuceos cuando se le confesó hace tiempo. Y toda esa pinta de mafioso fuerte y despiadado que Sugawara le atribuyó que tenía el día que llegó a Karasuno desapareció en cuestión de segundos.
—¿Por qué qué? ¿Por qué alguien como yo pertenece a la mafia?
Sugawara se ha hecho esa pregunta muchas veces.
Muchísimas veces antes de que conociera a Daichi, de hecho.
Antes de que se afiliara a Karasuno. Antes de que llegara incluso a Japón.
Antes de tener ese patrón de siete estrellas pequeñas tatuado en la costilla derecha, la que es su marca de identificación dentro de The Mob Seven Star, la más cautelosa, peligrosa y despiadada mafia conocida en Corea del Sur.
—¿Suga? —el de cabello claro entrecierra los ojos, sintiéndose repentinamente cuestionado acerca de su pasado.
Su mamá lo llevó a Corea del Sur hace tiempo. Su padre era de ahí, o al menos eso es lo que Suga asumía era cierto al escuchar las historias de Ma acerca de él. De madre japonesa-china y padre coreano, Kōshi rápidamente destacaba, no solo por ser un Hafu sino también por su apariencia dentro de los barrios bajos de China que era donde, originalmente, su madre y él vivían.
—Appa nos ha pedido ir con él a Seúl, Kōshi. Finalmente seremos la familia de la que tanto te he hablado.
Con familia, ¿a qué se refería exactamente?
Kōshi recuerda exactamente la primera ejecución pública a la que estuvo obligado a asistir. Fue en una plaza grande dentro de un barrio sumamente pobre y peligroso. Su madre iba con él, y así como su hijo, presenció lo que sería una vida de infierno por haber seguido al corazón y no a la razón.
