Atsumu trabaja para La Faire, un triste y decadente bar de mala muerte administrado por el líder de la Familia Gu, una organización clandestina con gran poder económico y político a la que no pertenece pero al mismo tiempo agradece pues al menos le...
Aclaraciones del capítulo: Diálogos en cursiva es conversación en pasado.
Resumen del capítulo:días porque no hay buenos (?) :v
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—Sugawara Koshi. Miembro de The Movil Seven Star desde los 10 años. De madre japonesa con ascendencia china y padre coreano. Su padre era un asociado de la Gondai, una pandilla coreana asentada en Daegu. Era un aspirante a convertirse en soldado de esa pequeña mob ya que no era miembro oficial de la familia. Se llevó a su esposa y a su único hijo a vivir con él a Seúl un tiempo y luego desapareció.
—Los abandonó más bien —Oikawa no se tienta el corazón al decir eso, aunque luego de unos segundos de admirar su manicura, voltea a ver la cara seria de todos mientras él solo se limita a sonreír—. Ay, perdón, ¿todavía no acabas de hablar, Komori?
No ha sido un comentario de gravedad pero aunque alguien quisiera decirle a Oikawa Tooru que se calle y le ponga seriedad al asunto, nadie podría.
Iizuna sigue pensando que es una pésima idea que Oikawa esté ahí pero en el posicionamiento de su rango actual no puede decir nada. Tooru es un líder igual que Kiyoomi, y aunque ambos son completamente opuestos en su forma de hacer las cosas, poner de malas al líder más injurioso e imprudente de esa sala no es una buena idea ahora que lo tienen ahí.
—Enserio no mentía cuando dijo que era mejor tenerlo de aliado que de enemigo —suelta el comentario Lev a un lado de Shoyo quien solo mueve los hombros, tenso. Atsumu está a unos metros de ellos, sin embargo, su aura ha dejado de percibirse como asustadiza o indecisa desde hace un rato.
Están ahí no dos, sino tres líderes de la mafia. Y uno de ellos, principalmente, es el que más destaca.
El perfil de Atsumu siempre le ha parecido a Shoyo una de las cosas más impresionantes de ver desde hace tiempo y más cuando sus ojos, en lugar de perder brillo, adquirían uno totalmente distinto, ajeno al de una emoción sana y sincera.
En este momento, a pesar de solo estar ahí sentado acumulando la mayor información posible que le pueda servir para cuando llegue el día de ir a Sendai, Atsumu sobresale de entre todos. No solo por su postura erguida sino por su expresión dura.
Es como si fuera otra persona completamente diferente.
Es oscuro pero es impresionante de ver.
Y es la presión que se siente entre él y Oikawa y Kiyoo, que hace que los demás se mantengan callados, además de que ninguno de ellos se cree tan imprudente, como el líder de Seijoh, como para bromear en un momento así. Es claro que solo él puede hacerlo y está permitido que solo él lo haga.
—En resumen, tú lo ayudaste a entrar a la mafia coreana hace años. El tiempo que estuviste en Corea del Sur, tú y él formaron buenas migas. Varios favores tuvieron que haberse debido en su momento —Atsumu desvía la mirada de Komori a Shoyo, entendiendo rápidamente.
