Al Oeste del Castillo Aoba, cerca de la reserva de Taihaku, se encuentra la residencia de los Oikawa.
Los hermanos Gu la conocen de rincón a rincón desde que eran unos niños a diferencia de Sakusa Kiyoomi, que para él es la primera vez que la visita en persona.
Conoce poco, en realidad, acerca de la relación que la familia Oikawa mantiene con la familia Gu pero asume que esta es estrecha entre ambas familias por la forma en la que los hermanos Gu son recibidos por nada más y nada menos que Oikawa Tooru, el próximo líder en la línea de sucesión de los Oikawa.
Kiyoomi no dice nada hasta que Oikawa Tooru repara en él, sintiéndose descaradamente observado por el escrutinio de sus ojos marrones cuando Atsumu se lo presenta.
No sabe ni por qué está ahí.
O...Bueno, sí sabe, y es que desde hace tiempo que Atsumu lo arrastra a lugares que él no pide que lo lleven solo porque se autoproclama su -hyung y ha decidido educarlo como si fuera su puto aprendiz.
No ha usado esas palabras como tal. De hecho, no le ha dicho una mierda sobre seguirlo a todos lados pero Kiyoomi sabe que la culpa no solo es de él sino también suya por dejarse arrastrar tan fácil.
Ahora están en Sendai, a solo una hora en jet privado de Tokio si decide que ya está harto de soportar a dos personas ruidosas como lo son Tooru y Atsumu pero entonces recuerda que está a la suficiente distancia de su padre como para que cambie un poco su expresión de sufrimiento porque, enserio, eso sí que es una alegría interna para él.
—Ellos son Motoya Komori y Sakusa Kiyoomi. De Itachiyama.
—Sé muy bien quiénes son —responde Oikawa Tooru cuando Osamu hace las presentaciones ahora que su hermano, luego de saludar a Tooru con un abrazo, ha corrido a encontrarse con otros tres hombres jóvenes que ve en el patio de entrenamiento de la residencia. Kiyoomi solo los conoce de nombre porque, por supuesto, se ha propuesto ver el registro de los miembros del Clan Oikawa antes, todo para no llegar completamente perdido al lugar.
Ese que se ve más agitado y sudoroso, de cabello en puntas, debe ser Iwaizumi Hajime. Los otros dos son Issei Matsukawa y Hanamaki Takahiro. Y por la forma en la que saludan a Atsumu, debe ser porque se conocen de hace mucho.
Cuando Kiyoomi vuelve su vista hacia el frente, mientras sigue las espaldas de Osamu Gu y Oikawa Tooru desplazandose por los pasillos externos de la residencia, atrapa al heredero de Seijoh mirándolo de una forma muy singular. Luego, como si no fuera nada la mirada que acaba de darle, le sonríe, pero es una sonrisa engañosa. Una que le enerva y le pone los pelos de punta extrañamente.
Kiyoomi no dice nada pero tampoco se deja intimidar por él.
Muchas cosas se dicen de Oikawa Tooru pero los comentarios que sobresalen siempre son los mismos. Que es un narcicista con patrón de grandeza. Que es un egocéntrico. Y que es un despiadado aunque, de hace un tiempo para acá, dicen que no lo es tanto.
Kiyoomi no sabe qué tan cierto es eso de que no lo siga siendo pues todo sige encajando por cómo luce y lo mira de vez en cuando como si su presencia ahí no le agradara del todo.
Por otro lado, mientras más lo mira interactuar con Osamu, en tanto Atsumu sigue perdiendo el tiempo con los otros tres miembros de Seijoh en la explanada, se da cuenta de que otra de las cosas que se dicen de él son, en su mayoría, ciertas.
No le sorprende ni un poco que cuando Atsumu vuelve a integrarse a la conversación, la expresión seria y formal de Oikawa Tooru mantenía hacia el menor de los Gu cambie como si un rayo de Sol le hubiese dado en toda la cara.
Si fuera él, y Kiyoomi siguiera la analogía del Sol, se quitaría por lo molesto que es ese brillo cegador. Sin embargo, Oikawa Tooru los recibe con gracia. Kiyoomi no necesita tanta explicación para asumir que hay una predilección de parte Oikawa hacia Atsumu solo porque son igual de excéntricos.
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Eat me 【Haikyuu-SakuAtsu】
Hayran KurguAtsumu trabaja para La Faire, un triste y decadente bar de mala muerte administrado por el líder de la Familia Gu, una organización clandestina con gran poder económico y político a la que no pertenece pero al mismo tiempo agradece pues al menos le...