Aclaraciones del capítulo: Como habrá muchos saltos de tiempo (pasado y presente) he decidido marcar un poquito los diálogos. De modo que cuando vean un diálogo en **cursiva** es pasado y cuando el texto esté en formato normal, es presente.
Oh, y el soundtrack que les dejo arribita se los recomiendo para la lectura. Lo he escuchado para escribir casi todo el capítulo.
Solo eso.
¡Que lo disfruten!
—Sé bueno, Tobio-kun. Y no causes problemas ¿de acuerdo?
En ningún momento a Tobio le pareció que alguna organización fuera diferente a la Familia Gu, o a la que, hasta hace unos años, él pertenecía antes de ser encontrado y reclutado por Atsumu.
Una organización que fuera del tipo que ayudaba en lugar de perjudicar.
Que no tuviera el perfil básico que tienen todas las mafias.
Que no trabajaran de forma violenta y criminal en las calles, dando palizas y extorsionando gente mientras que la rama más sofisticada dentro de ellas, solo se concentrara en atender asuntos de mayor importancia por los miembros de mayor rango de cada familia.
Eso era lo que pensaba.
Eso fue con lo que creció sabiendo hasta que pisó Karasuno por primera vez.
—Umm, jefe-... —Kageyama recuerda esa vez. La vez en la que se atrevía a tomar la mano de su líder en un impulso desesperado por saber qué hacía ahí y por qué Shoyo no había sido llevado al mismo lugar que él—. Hinata, ¿Qué pasará con él?
La mirada del joven líder de la Familia Gu siempre fue sólida delante de sus subordinados, especialmente delante de aquellos a los que no les caía bien pero que aún así tenían que obedecerle por ser el líder y por ser el hijo mayor de Harada.
Sin embargo, Kageyama, a pesar de ser menor que él, nunca le tuvo miedo.
Quizá porque, al igual que él, venía de una familia de renombre y, en el tiempo absurdo en el que Kageyama se sentía sumamente protegido y ajeno a los problemas de las demás personas, no le importaba nada más.
—Tobio pertenecía a Kitagawa Daichi. Una organización no tan grande como las 5 grandes familias de la mafia pero era una de las más antiguas— a la par de los recuerdos que se entretejen como ramas de árboles, Shoyo es el primero en iniciar su relato.
Han pasado casi dos semanas desde el incidente en la mansión del padre de Kiyoomi y las cosas poco a poco parecen reestablecerse en Atsumu. No completamente a como se encontraba y se sentía antes de que todo eso sucediera, pero sí lo suficiente como para sentirse un poco listo de enterarse de más cosas.
Cosas que son importantes —o fueron importantes para él— pero que tampoco le generarían mayor impacto a su salud de acuerdo a las recomendaciones que Kanoka y Futakuchi le han dado acerca de su estabilidad emocional.
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Eat me 【Haikyuu-SakuAtsu】
FanficAtsumu trabaja para La Faire, un triste y decadente bar de mala muerte administrado por el líder de la Familia Gu, una organización clandestina con gran poder económico y político a la que no pertenece pero al mismo tiempo agradece pues al menos le...