30 》Gu Yeeun

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Mantiene la mirada fija en el objetivo, enfoca durante pocos segundos y dispara.

La bala atraviesa pero no da por completo. Atsumu frunce el ceño y hace muecas, las mismas que Aran recuerda hacía en el pasado cuando estaba frustrado y estresado. Tampoco es que esperara que su puntería se hubiese atrofiado del todo pero llevar un buen tiempo sin practicar, a fin de cuentas, hace que el resultado que tiene ahora sea el esperado.

La vez que le disparó tanto a Rintaro como a Osamu, sumado a la cantidad de veces que también lo hizo en la bodega en Nobiru y durante su escape desde las montañas hacia Matsushima no fueron suerte pero algo tuvo que ver, seguramente, la densa adrenalina y el sentido de peligro los que hicieron que la puntería o no fallara o no le importara mucho realmente en ese momento.

Ahora que se encuentra en sus cinco sentidos y ha descansado lo necesario, está inquieto. No puede quedarse en cama por más tiempo ni mucho menos puede pensar que todo el peligro ha pasado. A esta hora todos los demás grupos deben saber que sobrevivió a la explosión, que está vivo y que lo sucedido en Sizhou no ha sido más que el preámbulo de lo en verdad se avecina.

Los grupos están divididos y aunque bajo la democracia de haber elegido a Kiyoomi Sakusa como líder en la asamblea celebrada por los 5 líderes de las agrupaciones más grandes de Japón, aquello sigue vigente, Atsumu sabe que esa decisión no sólo no fue unánime desde el comienzo, sino que ahora hay caos y tensión en cada territorio debido a las situaciones actuales.

Tal como le dijo Aran hace poco, la mitad de esos grupos son afiliados a algún grupo líder por lo que la democracia se basaba únicamente en imitar, servir y ser leal a las mismas personas que sus líderes apoyaban. La mitad puede que haya pensado, en su momento, que tener como máximo líder a Kiyoomi Sakusa podría haber sido una decisión bien pensada pero la otra mitad solo había aceptado la decisión por mera obligación.

—Desde esa reunión Washijo y Miya no estuvieron de acuerdo en que Kiyoomi pasara a heredar el título de Gran Líder que le dejó su padre. En primera porque Yoshiaki, bueno, no hace falta que explique qué tipo de persona era —Atsumu estrecha los ojos, aprieta el gatillo y vuelve a disparar. Motoya solo guarda silencio los segundos que se extiende el sonido del disparo antes de continuar. Él y Aran no se despegan de Atsumu casi nunca. El moreno porque no obedece a nadie más que Atsumu ese momento y porque es su mejor amigo, y el primero por orden de Kiyoomi, aunque secretamente él piensa que se hubiese sugerido a sí mismo para la tarea porque estar cerca de Atsumu, desde hace un tiempo, es interesante—. Y en segunda porque ambos, desde el inicio, estuvieron muy interesados en el puesto incluso cuando Yoshiaki vivía —Komori hace una pausa—. A juzgar por cómo están las cosas ahora, todo acuerdo al que se haya llegado en esa reunión ese día no vale nada. Lo que pasó en Sizhou solo fue una muestra de que cada grupo ve por sus intereses ahora. Todo esto se ha vuelto una cacería y la cabeza de Kiyoomi y la tuya tienen precio ahora. Y quien lidera toda esa operación homicida es tu padre.

Un tercer disparo. Este da incluso más lejos del centro. Atsumu suelta una exasperación frustrada que no se concentra en ocultar.

Revisa cuantas balas le quedan con coraje. Motoya y Aran se miran entre sí y luego lo miran. Puede que no lo diga pero que se hable de ese hombre delante de él todavía influye.

—Si te digo esto no es por otra cosa más que-...

—Ya sé —corta Atsumu volviendo a apuntar. Quiere dar en el maldito centro pero ya desperdició 4 balas. En una situación real ya lo habría asesinado. O peor, ya habrían herido a alguien a quien quiere. Dispara. Sigue sin dar en el blanco pero se ha vuelto a acercar al menos al centro—. ¡Ah, puta mierda! —antes de que su coraje lo haga botar su arma, la mano de Aran lo detiene.

Eat me 【Haikyuu-SakuAtsu】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora