26 》El zorro no se ha extinto

332 23 115
                                    

Han pasado 84 años...

Advertencias: con dolor hasta el final....digo, con honor :'v Hay varios saltos en el tiempo, ya son los últimos creo *espero*, así que leanselo con calmita para que no se revuelvan. Espero no confundirles más jajaja

Feliz Navidad y año Nuevo adelantados (?)

¿Hay algo más doloroso que Von de Arnor Dan? Nada, no hay, no existe. Ya verán por qué le queda hermosa a la última escena de este capítulo.

 Ya verán por qué le queda hermosa a la última escena de este capítulo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¿Te vas a ir?

—Ábrelo cuando me haya ido. Luego, quémalo.

Atsumu no respondió a nada ni dijo nada más el día en que le entregó un sobre sellado con un par de notas únicamente. Órdenes con apenas detalles muy específicos pero también difíciles de descifrar; todos en relación con Miya Harada y Yoshiaki Sakusa.

Corea del Sur nunca fue un destino desconocido para él, sin embargo, Aran no perdió de vista la expresión de su rostro durante todo el trayecto al aeropuerto luego de que su padre lo mandara por un tiempo justamente ahí.

Miya Harada ya no era líder, sin embargo todavía tenía poder e influencia sobre Atsumu a pesar de que su hijo mayor ya era el líder actual. ¿Bajo qué amenazas? Antes de que se le transfiriera el poder, Osamu era la principal razón del por qué Atsumu se veía obligado a retraer las patas y la cola, y simplemente obedecer.

Osamu Gu tenía a Shinsuke y a Rintaro en ese entonces, ambos insoportables pero a fin de cuentas soldados letales que sabían muy bien a quien le debían su lealtad. Y si no, Osamu se lo recordaba cada vez que les apuntaba la cabeza con el cañón de su arma en amenaza o ante algo que hacían que lo hacían enfadar.

Sabía cómo cuidarse y tenía gente que lo cuidaba también; a pesar de eso Aran siempre era ordenado por Atsumu a que le echara un ojo cada que él se encontraba ausente.

En ese momento, sin embargo, no hubo ninguna orden específica dentro del sobre que le dijera que debía vigilar y proteger a Osamu como Atsumu antes solía pedirle cada vez que tenía que hacer un viaje largo.

Ninguna.

Aran quiso preguntar si todo estaba bien a sabiendas que con solo verle la cara ojerosa y deteriorada a su mejor amigo era evidente que no.

Pero no hizo preguntas.

Atsumu siempre sabía lo que hacía.

O al menos Aran eso quería creer.

Sin embargo, cuando dejaron de llegar noticias de él y su ubicación dejó de ser conocida e informada a Miya Harada desde Corea, Aran comenzó a entender el peso de las palabras en esa carta quemada hace meses.

Con un líder ausente y una organización que comenzaba a fragmentarse, muchos de los que seguían a Atsumu desertaron. Los que conseguían alejarse no eran perseguidos por Aran ni por los pocos que le juraron lealtad al mayor de los hijos de Harada. Sin embargo al poco tiempo eran cazados y llevados a los pies de Harada y Osamu Gu con la promesa de que si sabían algo del paradero de Atsumu, serían perdonados por desertar.

Eat me 【Haikyuu-SakuAtsu】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora