21. (IN)ADAPTADAS

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Con el rostro enrojecido por la vergüenza y una toalla alrededor de mi cintura, salgo del baño

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Con el rostro enrojecido por la vergüenza y una toalla alrededor de mi cintura, salgo del baño. Los dos pantalones que compré en la tienda de usados esta tarde son de la talla incorrecta. Los shorts oscuros no llegan a abotonarse, apenas si pasan por mis muslos. Y los pijamas tienen el elástico tan gastado que se me caen, sin contar un agujero entre ambas piernas que no vi cuando lo pagué.

¿Podría haberme puesto lo mismo que tenía cuando llegué? Claro, si no fuera porque lo enjuagué en el lavabo apenas me lo quité porque le vi una mancha de café que seguro se derramó en el avión.

No sé si la vida sea realmente una mierda porque estoy en el apartamento de mi ídola, pero definitivamente hay algo en el universo, ya sea el destino, el karma o una maldición absurda que hace que las cosas siempre me salgan mal a mí. Especialmente a mí.

—Oye... —llamo a Myre desde el corredor, pero nadie responde. El lugar está en completo silencio.

"¿Se habrá marchado?", dudo. "Quizá justo bajó a recibir el delivery con la cena".

Regreso a la sala de estar y observo hacia todos lados, curiosa. El hogar es grande a simple vista, pero calculo que no debe ocupar más espacio que la casa en la que crecí. Un sector principal y sumamente abierto conecta los sitios grupales. El hall de entrada, la cocina, la sala de estar y ese tipo de lugares han sido combinados en uno solo, con excelente iluminación y mobiliario moderno. Uno de los muros está pintado de amarillo. Varios premios, nominaciones y placas con logros adornan uno de los rincones; reconozco a la distancia la que celebra más de cinco millones de suscriptores en ViewTube. Un sillón en forma de L destaca entre el resto de los muebles, frente hay un televisor ridículamente delgado que incluso parece apenas una pegatina.

—Wow —susurro y me repito lo mismo que hace algunos minutos atrás: no es una mansión, pero sí un sitio con más comodidades de las que una persona promedio podría permitirse.

No huelo la comida, tampoco la veo sobre la mesa o sobre la isla que conecta el sector para cocinar con el resto. Y Myre... ¿dónde se ha metido?

Camino de regreso al corredor y miro los cuartos que desconozco. Las luces están apagadas en todos.

—Oye... —vuelvo a llamarla.

Confundida, decido que lo mejor será aguardar. Mientras camino hacia el sillón, sin embargo, la veo. Su silueta se dibuja por unos instantes cuando un relámpago ilumina el exterior. Esbozo una sonrisa y, tímida, voy hacia el balcón.

Abro el gran ventanal de vidrio apenas un poco y la llamo.

—Ho-hola —saludo, mi voz sale entrecortada. ¿Por qué? No sé. Supongo que son los nervios.

Ella suelta el humo de su cigarrillo con lentitud y se gira hacia mí.

Hey, ven, la brisa marina se siente bien —ofrece.

★ (IN)HOOMAN  ★  [BILOGÍA COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora