32. (IM)PRUDENTE

7K 681 371
                                    

Myre necesita que le brinden mucho amor en este capítulo. Sean buenos con ella y obséquienle algunos comentarios xD.


Sin importar cuánto nos esforcemos por embotellar las emociones, tarde o temprano se desbordan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sin importar cuánto nos esforcemos por embotellar las emociones, tarde o temprano se desbordan. En especial las negativas. A mí me agrada mantener las cosas bajo control. Cuando no lo logro, estallo. Me desarmo como un puzzle o como un espejo que estalla y cuyos fragmentos caen al suelo, filosos.

En este instante, siento que he caminado descalza por encima de los vidrios rotos de mis propias preocupaciones. Herida y sangrante, en agonía.

El pecho me duele, lo presiono con fuerza con una de las manos mientras la otra sostiene mi cabeza, que amenaza con explotar.

Y lloro.

No puedo detener las lágrimas. Ni siquiera sé qué es lo que las ha ocasionado.

¿Estoy triste porque puse final definitivo a mi amistad con Enzo? ¿Me he puesto así de mal porque recordé lo que me hizo? ¿O fue por las memorias de los tiempos en los que éramos inseparables? ¿Es todo eso al mismo tiempo?

¿Y por qué soy incapaz de secar mis ojos?

Grito. Intento ahogar el quejido para que no llegue a otras personas, pero hay algo en mi interior que desea salir. Es un monstruo. El monstruo de la ansiedad. Del miedo. De la desesperación. Una criatura salida de mis peores pesadillas: enorme y poderosa que arrasa con todo a su paso.

Estoy perdiendo el control sobre mí misma y solo quiero que esto se acabe.

Me cansé de ser fuerte. Solo deseo derrumbarme y quedarme en el suelo. Que alguien recoja mis partes rotas y las junte otra vez. Que sea otra persona quien brinde fortaleza por mí. Quiero paz. Quiero poder relajar los hombros y bajar la guardia. Quiero...

Sin darme cuenta, camino hasta el final de la terraza y me aferro a la media pared que me separa del vacío. No tengo el valor de arrojarme, pero mierda. Ganas no me faltan.

Observo la calle debajo, a quién sabe cuántos metros de distancia. Los vehículos transitan en medio de sus rutinas, se ven como cucarachas con luces. No sospechan que aquí arriba estoy yo. Como una ironía de la vida, ¿de qué sirve estar en la cima (de tu carrera) cuando nadie poder verte realmente hasta que caes, destruida, frente a ellos?

Golpeo la parte superior del pequeño muro con ambos puños y con más fuerza de la que quisiera. Siento que algunas de mis uñas se clavan en las palmas a causa de qué tan fuerte aprieto las manos. Duele, aunque no tanto como el resto de mí.

El ataque de ansiedad empeora a cada segundo, y puedo notar que este será más grave que los anteriores que he sufrido. Creí que mi salud mental estaba mejorando, pero haber tenido a Enzo frente a mí volvió a sacudirme sin piedad. No estaba preparada.

Tiemblo. Mis piernas se deshacen como si los huesos desaparecieran. Intento respirar hondo, sin éxito. Cada vez que abro la boca, un quejido adolorido escapa. Sueno como un animal herido que ruega que lo pongan fuera de su miseria.

★ (IN)HOOMAN  ★  [BILOGÍA COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora