Capítulo 14: volver a vernos.

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Desperté y no podía caminar, me dolía bastante la entrepierna, en ese momento insulté a Charlotte y toda su familia internamente, hasta que apareció por la puerta de la habitación con el desayuno listo y unas pastillas para el dolor muscular.

Sonreí al verla.

-Buenos días. –Saboreó mis labios.

-Buenos días. –Comencé a reír escandalosamente, a lo que ella se asustó y levantó una ceja esperando una respuesta. –No hemos tenido una sola cita y ya tuvimos sexo. No lo puedo creer. –Le contagié la risa.

-Espero que te gusten los pancakes y sé que te gusta el café. De paso te traje una pastillita para que se te pase el dolor y no me insultes.

-Tarde amor mío. –La besé. Y reí en sus labios.

Miranda

Desperté en el sillón, sabiendo que tengo que ir a la escuela, aunque no tengo ganas, tendré que cruzarme a Sam, y el solo hecho de imaginarme eso de dan ganas de cortarme las venas.

De mala gana me vestí y desayuné. Sé que probablemente Marilyn no irá, y que en este punto todos mis compañeros saben de lo ocurrido. Además, los alumnos preguntarán por qué ella no está en el colegio. En estos momentos estoy odiando el llevarme bien con todos los alumnos.

Entré a la sala de profesores sola, para mi mala suerte en ella solamente se encontraba Sam.

-Miranda tenemos que hablar. –Dijo acercándose a mí.

-No tenemos absolutamente nada de qué hablar. –Me dirigía a la puerta. Cuando se interpuso en ésta cerrándola.

-No, claro que tenemos algo de qué hablar, yo quiero pedirte disculpas.

-Solo fue un impulso estúpido que tuvimos, aunque ese estúpido impulso me costó muy caro. Pero ese es un asunto totalmente mío. –Salí sin decir más.

Iba camino a la biblioteca, pensé que estaría Gino, y que su compañía me serviría. Pero Sofía me llamó.

-¿Miranda? –Me detuve en seco y entré a su oficina.

-¿Sí? –Le cuestioné.

-¿Cómo estás? Marilyn me llamó ayer, sé todo, pero quería saber cómo te sentías tú.

-Estoy, estoy, la verdad no sé cómo estoy, tengo un montón de sentimientos negativos hechos un nudo en el estómago.

-Te entiendo, cualquier cosa que necesites me avisas ¿Sí?

-Sí.

Sofía

La separación de Marilyn y Miranda me angustia, tenía mucha fe en la pareja, pero no hay nada más que hacer.

Ahora me encuentro en busca de un suplente para Marilyn, pero parece que no hay nadie. Hasta ahora he llamado a tres profesores conocidos, pero ninguno puede tomar las horas. Me queda una sola opción, la cual me puede llegar a traer problemas. Pero es un riesgo que quiero tomar.

Marqué su número, suspiré y esperé que los pitidos fueran remplazados por su voz.

-¿Hola?

-¿Madison?

-¿Sofía?

-Sí.

-¿Tía Sofía?

-Sí.

-¿Qué ocurre?

-Escucha cielo, ¿en dónde te encuentras ahora? ¿En dónde vives? Mejor dicho.

-En Los Ángeles todavía. ¿Por qué?

más que compañerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora