Capítulo 12: lo arruiné.

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Como saben con John estudiamos la misma carrera durante dos años, y no precisamente fue arte lo que estudiamos, tampoco música. Fue lengua y literatura, nos encantaba a los dos, de niños nos escapábamos de clases los lunes, para encerrarnos a escribir en la biblioteca. Pero luego me di cuenta que no lo disfrutaba tanto, y me cambié a artes, la mejor decisión de mi vida.

Ahora que les hice esta pequeña aclaración pasaré a contarles lo que está ocurriendo. Marilyn me ignora, y yo a ella, por lo que ya no se sienta en nuestra mesa en la hora del almuerzo.

Hace unos días estaba conversado con Sam sobre mi pasado con la lengua y literatura. Por lo que llegamos a una conclusión: armar un proyecto donde podamos trabajar las dos materias en conjunto. Tendríamos que elegir qué trabajos haríamos, qué conocimientos se llevarían los niños y con qué cursos trabajaríamos. Pero no nos alcanzaban los minutos para llegar a un acuerdo sobre el tema que abordaríamos y crear el documento que le entregaríamos a Sofía para que apruebe el proyecto.

-¿Quieres que nos juntemos a discutir sobre el tema y organizar las clases en casa?

-Claro, ¿qué día te queda cómodo?

-¿Te parece mañana?

-¿Puedes a las tres?

-Sí.

-Genial, nos vemos a esa hora. –sonó justo la campana y me despedí de elle con un beso en la mejilla.

Llegó justo a las tres en punto. Pasó, nos sentamos en mi oficina, acomodó sus cosas, le serví un refresco y nos pusimos a plantear ideas.

-¿Se te ocurrió algo? –Me preguntó.

-Podríamos hacer que escriban cuentos o novelas desde tu materia y desde la mía que diseñen las portadas. ¿Se te ocurrió algo?

-Tenía pensado que trabajáramos con Van Gogh, repaso sobre su vida, sus obras en la pintura, su desempeño en la literatura. Pero tu idea es mucho mejor y más interesante.

-¿Entonces hacemos esa?

-Hacemos esa. ¿Tienes una idea de la presentación que le tenemos que entregarle a Sofía?

-De hecho tengo una especie de borrador hecho. –Giré mi ordenador para que la vea.

Leímos mi borrador, cambiamos algunas cositas y se la mandamos a Sofía por mail.

Y en eso le vi, esos hermosos ojos azules, me conquistaron y me encendieron. No lo pensé, me abalancé sobre elle y le besé apasionadamente, Sam también lo hizo.

En cuestión de segundos estábamos en mi cama, besándonos mientras poco a poco nos quitábamos la ropa.

Marilyn

Dos semanas, ese es el tiempo que vengo ignorando a Miranda y ella a mí; pero ya no doy más, no puedo seguir fingiendo que no la amo, porque ya me di cuenta de que realmente la amo y que no puedo estar lejos de ella. Así que estoy conduciendo hasta su casa para decirle todo lo que siento, y esperarla en caso de que todavía no esté segura de amarme.

Entré a la casa luego de que Martha me abriera, la busqué en la sala y nada, en la cocina y tampoco, subí a su habitación, abrí la puerta y lo que vi me destruyó.

Estaba besando a Sam, mientras se desnudaban.

Ahí entendí, no soy lo que ella quiere para su vida, ella se olvidó de mí, hasta creo que me usó como juguete sexual.

Las lágrimas comenzaron a brotarme, di media vuelta y salí corriendo mientras lloraba desconsoladamente. La sentí gritar mi nombre, decirme que todo fue un error y un impulso incorrecto, hasta sentí pasos detrás de mí.

Entré a mi auto y sentí que me ahogaba. La vi salir de la casa semidesnuda, aceleré.

Apenas llegué a casa comencé a armar mis maletas, no podía seguir aquí, no podía ver a Miranda sabiendo que ella ya no era mía, ni ver a Sam sabiendo que me robó al amor de mi vida.

-Sofía, soy Marilyn.

-¿Todo bien Mar? Te noto rara.

-No, la verdad que no, pasaron cosas, necesito tomar licencia.

-Está bien, tómate el tiempo que necesites. ¿Quieres hablar?

-Encontré a Miranda en la cama con otra persona.

-Oh, lo lamento mucho linda, en serio.

-Me iré, por un tiempo. No puedo seguir en la ciudad.

-Haz lo que necesites, y si necesitas cualquier cosa avísame.

-Gracias. Adiós.

-Adiós.

Charlotte

Miranda me llamó.

-Char, por una estupidez acabo de perder a Marilyn para siempre, arruiné todo. –Lloraba desconsolada.

-Nada puede ser tan grave para perderla para siempre.

-Por un impulso estúpido terminé en la cama con Sam y nos vio. ¡Soy una estúpida!

más que compañerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora