Tres semanas, veintiún noches en las que no pego un ojo, tres semanas en los que estoy en un hospital, deambulando entre la sala de espera y la habitación de Charlotte, tres semanas en los que mis sentimientos hacia Zach, mi hijo, el ser al que más amé durante los últimos quince años, se convirtieron en odio. Tres semanas en las que mi hijo es el acusado de casi matar al amor de mi vida.
Necesitaba tomar un poco de aire, amaba a Charlotte, pero verla en ese estado, estar en aquella habitación con ella, su cuerpo inmóvil lleno de cables, intravenosas y cosas médicas que la mantenían viva, era agotador. Para mi suerte, Miranda fue a visitarla, como lo había estado haciendo desde aquel día.
Tuve tiempo suficiente para comprar y terminar un café, cuando Miranda me escribió.
Tienes que venir, algo le pasa.
Ven rápido por favor.
Voy en camino.
Mi corazón comenzó a latir a mil por hora, no podía perderla, no ahora y no en estas circunstancias.
Entré a la habitación con lágrimas en mis ojos, tomé su mano, me preparé para decirle que todo estaría bien.
-Yo te amo, recuérdalo siempre. Hoy se cumple un año desde que tomamos aquel café, este debe ser el primero de muchos mi amor. –Mi voz era un hilo, no entendía que pasaba.
Y de pronto abrió los ojos, estaba feliz, no podía creerlo, pero en cuestión de segundos sus ojos se pusieron blancos, los monitores comenzaron a sonar. Entraba en paro. Se moría. Comencé a llorar junto a Mir. Los médicos nos sacaron de la habitación.
Lloramos aterradas, hasta que aquel hombre de cabellos ligeramente canosos salió de la habitación.
-Logramos que su corazón volviera a latir, y todo apunta a que podría despertar en cuestión de horas, hoy es el día chicas.
-Ella los abrió y luego eso doctor.
-Por eso lo digo señora Adams. –Él se retiró.
Ambas nos quedamos en la habitación hablando sobre la escuela, Miranda no se animaba a volver, no se animaba a volver a dar clases, todavía no entiendo por qué. Es más, ella dice que es para evitar preguntas sobre Charlotte o Marilyn, y que no podría estar allí sabiendo que uno de los alumnos casi mata a Char.
De la nada escuchamos unos pequeños quejidos, y giramos la vista hacia la cama instantáneamente, ella estaba abriendo los ojos, nos miramos entre nosotras emocionadas, habían sido las peores tres semanas de mi vida, inmediatamente me paré al lado de la cama.
-Estoy viva, lograron salvarme. –Dijo en voz baja.
-¡Ve a llamar al doctor rápido Miranda! –Grité y ella salió torpemente de la habitación. –Claro. Te encontramos a tiempo mi amor. –Acaricié su rostro.
-¿Por qué no están en clases?, se supone que deberían estar en clases
-Cariño, son las tres de la tarde. Me asustaste mucho, creía que te perdería y esta mañana tuviste un paro.
-¿O sea que dormí seis horas?
-No cariño, estuviste en coma durante tres semanas, tres semanas terribles en las que pasaron muchas cosas.
-¿Tres semanas? Guau. Ponme al tanto.
-Bueno, mientras a ti te encerraban en el saloncito Cameron y Sofía discutían a gritos en dirección, luego él fue a la biblioteca, donde estábamos todos y comenzó a gritarle barbaridades a Madison, ella renunció y se fue, no sabemos dónde ya que no contesta el teléfono.
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más que compañeras
Romansa¿Quién pensaría que pedir una reunión con la madre del chico problemático de la escuela haría que Charlotte comenzara a creer en el amor a primera vista? ¿Quién diría que ir a una reunión haría que Taylor conociese a una persona que le movería el p...