Capítulo 26: la batalla familiar.

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El ser directora hace que me teman un poco, por eso intento no entrar a las aulas salvo que sea algo importante, pero hoy tenía que hacerlo sí o sí.

Entré al primer salón, al de sexto.

-Buenos días profesor Van Klein, ¿podría hablar con los estudiantes unos minutos?

-Claro profesora Williams, ¿hace falta que me retire?

-No. Bueno, como sabrán hace minutos los bomberos se retiraron del establecimiento. Resulta que hubo un incendio en el saloncito donde están los elementos de deportes y las sillas de los actos, no hubo grandes daños materiales, pero alguien, qué no sabemos quién engañó a la profesora Soriano para entrar allí antes del incendio, ella resultó gravemente herida y no sabemos a ciencia cierta si se recuperará. Así que les pido por favor, que si alguien reamente sabe algo, nos avise para tomar las medidas necesarias. Y no es necesario que me lo digan ahora en frente de todos, pueden acercarse a cualquier profesor al que le tengan confianza o ir a decírmelo en privado, pero lo importante es que hablen si saben.

Y así hice en los siete cursos, notaba shock tanto en la mirada de los alumnos, como en la de los profesores, y es que Charlotte comenzaba a ser querida, no me lo esperaba, nadie se lo esperaba.

Miranda

Marilyn había mejorado favorablemente, es más me dijeron que en dos o tres semanas podría ser dada de alta.

Entré a la habitación sollozando, ella dormía y se despertó.

-¿Qué pasa mi amor? Sabes que ya estoy bien, ven aquí, dame un beso.

-Charlotte.

-¿Qué pasa con ella?

-Hubo un incendio, ella quedó atrapada, está ingresada aquí.

-¿Cómo está?

-No sé, le están haciendo estudios, fue un caos, ¡hoy fue un caos!

-Miranda, que raro verte tan temprano. ¿Todo en orden? –Mi suegra entraba a la habitación.

-Hola Catherine, no, hubo un incendio, Charlotte quedó atrapada.

-¿Ella está bien? –Negué.

-No lo sé. Pero hoy fue caótico en todos los sentidos, supuestamente a ella le llegó una nota escrita por Taylor donde decía que se verían en el salón donde están los instrumentos de deportes.

-¿El que está en el patio? –Preguntó Mar.

-Sí, la nota no era de Tayl, todo apunta que cuando entró alguien incendió el lugar, y mientras esto pasaba Sofía y Cameron discutían en dirección por Madison, luego él fue a discutir con Madison, y esta terminó renunciando.

-Y mientras tanto tú llorabas.

-Yo y Taylor. Pero bueno, iré a ver si tienen noticias de ella.

Salí de la habitación, bajé a la sala de espera, y allí estaba con Carla.

-¿Novedades? –Pregunté.

-No.

-Ahora. –Carla señaló a un médico que venía en nuestra dirección.

-¿Familiares de Charlotte Soriano?

-Sí.

-Bueno, podría decir que tuvo suerte, no tuvo quemaduras, pero sí contusión cerebral, causada por el golpe, los estudios no arrojan daños cerebrales graves, y debido a eso y la inhalación de humo, está en estado de coma podríamos decir.

-Es decir que no saben cuándo podría despertar, ¿verdad? –Preguntó Tayl.

-Exacto.

-Gracias doctor. ¿Podemos verla? –Él asintió y se fue. –Cambiando de tema, ¿saben algo de Madison?

-Estoy llamándola y mandándole mensajes hace rato, no me contesta. Estoy asustada. –Contestó Carla.

-No tienes por qué preocuparte, ella está bien, solo necesita tiempo a solas.

-¿Cómo sabes Mir?

-No lo sé, lo supongo, podría decir que somos amigas.

Sofía

Cenamos en casa de mis padres, al llegar saludé a todos excepto Cameron, no podía ni verlo.

-¿Saben familia lo que hizo Sofía? Deberían sacarle su puesto. –Dijo en medio de la cena solo para generar problemas.

-A quién contrato es mi asunto.

-¿De qué hablan? –Interfirió mi padre.

-Sofía contrata asesinas para que den clases en la escuela.

-¡Eso no es cierto! –Levanté el tono de voz. –Como saben Marilyn se fue, y para reemplazo contraté a Madison.

-¿Mí Madison? –Preguntó Sharon.

-Sí. Ella no es una asesina, no tiene nada que ver con la muerte de Stefano, y ha sido de gran ayuda, todos la adoran y ha apoyado a todos en todas las situaciones complicadas que estamos atravesando, hasta que él esta mañana se presentó en el peor momento a decirle barbaridades.

-Pobre nieta mía, ¿cómo está ella?

-Es un retrato de Sharon mamá, sigue con ese estilo y espíritu libre que tanto la caracterizaba, y ha sufrido, sufrió muchísimo por nuestra culpa.

-Es la favorita de la mayoría, incluyéndome. –Dijo Félix.

-¿Y haces que le dé clases a mi hijo? Eres cínica Sofía, ella es la que asesinó a su hermano.

-Es hora de que entiendas que no tiene nada que ver con la muerte de Stefano, Cameron. –Me dio la razón Owen.

-¿Y ahora se ponen de su lado?

-Todos estamos de su lado, todos recapacitamos, maduramos y entendimos que ella es inocente, es hora de que también lo entiendas hijo.

-¿Tienes fotos de ella?

-No, lamentablemente no.

-Yo sí. –Saltó Josh. –La sigo en Instagram. –Sacó su celular y les mostró a todos una foto de ella.

-Suficiente, me retiro. –Cameron salió de la casa.

-¡Cómo le gusta comportarse como niño! –Papá estaba indignado y golpeó la mesa.

-Déjalo. Ella está hermosa. Tomé una buena decisión en abrirle esa cuenta.

-¿Qué cuenta?

-Ella me contaba sus problemas, así que me puse en contacto con la madre de Sharon y le abrimos una cuenta en la que le estuvimos depositando dinero, hasta que ella se fue con ese dinero.

-¿O sea que ustedes sabían que estaba en Uruguay hasta hace unos años, mamá?

-No, perdimos todo tipo de contacto con ella.

-Pero ¿Cómo está ella ahora? Después de la pelea con su padre, no lo voy a negar, él es un hombre bastante complicado.

-No lo sé, ella dijo muchas cosas, le dijo muchas cosas a él y me dijo muchas cosas a mí, renunció y se fue, Carla ha intentado comunicarse con ella, pero no ha logrado hacerlo, ellas son muy cercanas.

-Deberías invitarla, creo que hablo por todos al decir que queremos verla. –Todos le dieron la razón a mamá.

-Claro, si logro contactarme con ella la invitaré. Aunque no sé si querrá venir.

-Ella sigue siendo así. –Dijo Sharon.

-Hay cosas que nunca cambian cuñada querida.

-Tal vez a mí me haga más caso, intentaré comunicarme mañana. –Espetó Josh.

-Pero, ¿es grave lo de Soriano? –Félix cambió de tema.

-Sí, está en coma. Si saben algo por favor díganmelo, esto no puede seguir así.

-Te juro tía que yo no sé nada.

-Yo tampoco mamá.

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