Zach nos despertó despidiéndose, iría unos días a la casa de su abuela paterna en la otra punta de la ciudad, como hace todos los años.
-Buenos días mi comprometida.
-Buenos días mi comprometida. ¿Realmente se dice así?
-No lo sé, pero en el idioma de Taylor y Charlotte se dice así. –La besé.
-Así que tenemos nuestro propio idioma, Char.
-Claro, pero no deberíamos estar perdiendo el tiempo, tenemos la casa para nosotras dos solas.
-Oh claro, comencemos de una vez.
Y así fue, nos pasamos todo el día en la cama, comiendo, teniendo sexo y viendo televisión.
-Tenemos que empezar con las preparaciones de la boda. Yo estuve buscando algunas ideas que van con el estilo de ambas.
-¿Tan temprano?
-Llevamos comprometidas una semana Char, es hora de comenzar a organizar algo.
-Pero antes, tengo noticias directas de Italia.
-¿Qué pasó ahora?
-Madison viajó, y al parecer por fin oficializaron. –Me mostró su celular, una historia de Instagram de Madison, dónde sale ella y Carla besándose, con Gino en frente, y el texto: nuevo año, nuevas aventuras.
-Era hora.
-Pero con respecto a la boda, mientras haya un buen bartender y mucho alcohol estaré bien.
-Con esa mentalidad nos terminaremos casando en doble A.
-No lo digo por mí, lo digo por Madison, parece esponja. –Ambas reímos y nos besamos.
-Supongamos que te creo. Pero hablando en serio, mira lo que elegí en Pinterest.
Y así nos pasamos una semana, decidiendo centros de mesa, decoración, vestidos. Y esta semana comenzaríamos a llamar a los tres salones que nos habían gustado, llamar a una decoradora y a una modista. Y por supuesto, un bartender.
Madison
Mi vuelo salía el siete de enero, es decir, una semana después de oficializar con Chiara, así que al aprovechamos para visitar muchos lugares los tres solos, y fue increíble.
Al volver Franco pasó por mí, y siete horas después yo debería volver al aeropuerto por ellos.
Pero sí, me quedé dormida y Carla me insultó por teléfono treinta minutos, lo que tardé en llegar al aeropuerto.
Y el miércoles volvería a dar clases, y sí ambas entramos juntas, abrazadas de la cintura.
-Sash. –Sasha iba caminando un poco adelantada.
-Mad, hola.
-¿Qué tal estas semanas?
-No tan bien como tú pero bien, estoy limpia y la relación con mis padres mejoró muchísimo.
-¡Genial entonces! Igual, que haya oficializado una relación no significa que todo esté maravilloso en mi vida.
-¿Recaíste?
-Luego de diez años, sí. Volví a vomitar y disminuir porciones. Pero estoy intentando controlarlo.
-¿Hace cuánto no vomitas?
-Tres días. Estaba en Italia, esa gente se dedicaba a darme comida solamente, y a la mañana siguiente corría hasta una estación de servicio y vomitaba todo lo que podía. Pero ya no lo hago.
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más que compañeras
Romance¿Quién pensaría que pedir una reunión con la madre del chico problemático de la escuela haría que Charlotte comenzara a creer en el amor a primera vista? ¿Quién diría que ir a una reunión haría que Taylor conociese a una persona que le movería el p...