"Cobarde", Rouss, Recycled J.
<<Quise creer que no era el final, solo pensaba en volver a estar como aquella noche en el parque>>
No me considero una persona cobarde, siempre he creído que si en algún momento de mi vida viera una injusticia, sería capaz de ayudar. Creo que en el fondo, a todo el mundo le gusta pensar que es valiente. Pero en aquel momento, mientras arrastro a Ainara y a Kenia por la calle, no me siento capaz de hacer frente a nada. A él.
Por un lado, quiero llegar al hotel para meterme debajo de las sábanas y hacer como sí nunca hubiera visto a Asher. Pero la otra Elena, la que no guarda rencor ni miedo, quiere volver al bar para abrazar a Asher, hablar con Cristina... Y soltarle una hostia a Jordi, también. Vale, puede que algo de rencor sí que guarde. Pero he de decir a mi favor que nunca he sido una persona agresiva, pero las películas influyen mucho en la imaginación de un reencuentro con tu ex pareja.
— ¿Se puede saber por qué me has sacado de allí así? Estaba hablando con ese chico. —pregunta Ainara. — ¡Yo quería seguir bailando un rato más!
Sé que Ainara en realidad no estaba enfadada y Kenia tampoco, pero se quedaron quietas en mitad de la acera, esperando una explicación a mi extraño comportamiento. ¿Y qué iba a hacer? Decir la verdad, eso seguro... Pero, ¿Cuál era la verdad?
— He visto a Asher. —solté sin más.
Ainara y Kenia se quedaron en silencio durante un rato, y poco a poco vi como sus cerebros iban conectando la información: Asher, Cristina, Jordi.
— ¡Hostia puta! ¿Dónde? —gritó Ainara, que empezó a dar vueltas sobre sí misma, buscándolo.
— Dentro del bar...
Ambas se miraron y antes de mirarlas ya sabía que se iban a dar la vuelta con la intención de volver dentro para verlo con sus propios ojos. Cabronas.
— ¡Ni se os ocurra!
— Queremos ver si es tan guapo como nos has contado... Y Cristina también, porque estará, ¿no?
Corrí hasta colocarme delante de ellas, suplicando volver al hotel.
— Elena. Por fiii. Quizás él no esté. —intentó justificarse Ainara.
— ¿Qué no? ¡Ya te digo yo a ti que sí! Esos tres son como un pack. Si no les conociera, diría que tienen una relación poliamorosa.
— No sé si estoy cachonda o asqueada con esa imagen...
— ¡Ainara!
Se nos escapó la risa a las tres. Dios, había que vernos desde fuera.
— Elena, ¿le has visto? —preguntó Kenia cuando dejamos de reírnos.
— A él no. Pero sé que está ahí dentro con ellos.
— ¿Y cómo lo sabes? —insistió Kenia.
— Pues, porque sí, ¿vale? Hacerme caso, no quiero entrar.
Ainara y Kenia se miraron fijamente, suspirando y dándose por vencidas. Ambas me cogieron cada una de los brazos, echando a andar hacia el hotel.
— ¿Sigues sintiendo algo por él?
— ¡Por supuesto que no! Llevo años sin verlo, ¿te lo tengo que recordar?
— Ya, pero vosotros dos sois expertos en no veros y enamoraros igualmente. ¿Seguro que no le quieres?
Odiaba que Ainara tuviera razón.
— Es un imbécil... —contesté.
— Eso sigue sin contestar a la pregunta.
— Vámonos a dormir, por favor.
Intenté desviar el tema hacia otra cosa, pero entonces noté que se habían quedado en silencio. Y fue entonces cuando me di cuenta de que el alcohol me había afectado más de lo que pensaba porque no íbamos hacia el hotel, sino de vuelta al bar.
— ¡¡Seréis hijas de puta!! —grité, soltándome de su agarre.
— Si no sigues enamorada de él, deberías poder verle sin sentir nada. —se excuso Kenia.
— ¿Qué parte de no querer volver a ver a ese tío ni en pintura no entendéis?
Intenté explicarles que no me hacía falta ver a Jordi para saber la pura verdad: que era un idiota que nunca iba a cambiar. Que no quería verle porque muchas veces los recuerdos nos empañan el juicio y a veces, con el tiempo solo recordamos los buenos momentos. Y eso no era justo. También me callé que no quería verle por si seguía teniendo ese efecto en mí que siempre odié y amé tanto.
— Está bien, lo sentimos, ¿verdad?
Aunque en realidad yo sabía que no lo sentían del todo. Ellas dos nunca habían llegado a conocer a Asher ni a Cristina; pero al igual que yo cree una relación estrecha con ellos dos... Ainara lo había hecho con Jordi. Desde el primer momento en el que los presenté, se entendieron a la perfección, haciéndose buenos amigos. Supongo que no fui la única que perdió a alguien cuando Jordi y yo rompimos definitivamente. Y si soy sincera, he de confesar que todo el mundo se llevaba muy bien con Jordi, era el típico chico que tenía un magnetismo extraño y especial que te atraía a él. Aunque no quisieras, acababas hablando con él en una esquina, dándote cuenta que aunque quisieras odiarlo, no podías. Eso siempre me encantó de Jordi. Y durante un tiempo, también odié esa parte de él.
Al final, Ainara y Kenia se dieron por vencidas, volviendo al hotel, donde nos quitamos los vestidos y nos pusimos los pijamas. pero antes de cerrar los ojos para dormirme, agarré el teléfono para ponerlo a cargar... Y fue entonces cuando me di cuenta de que tenía un mensaje sin leer desde hacía casi una hora, de un número que no tenía guardado. Un número sin guardar, pero que me sabía de memoria.
Número desconocido:
¿Huyendo de mí?
Serás cabrón...
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Nunca olvides que te quise
RomanceHan pasado cinco años desde que Elena le puso fin a su historia de amor. Cinco años que se han pasado volando, donde lo ha superado. Ahora, vuelve a la ciudad que durante mucho tiempo la vio crecer y enamorarse... Y solo tiene un deseo: no cruzarse...