— Las cosas que dice— dijo enternecida.
— ¿Son inapropiadas mí sultana?— pregunto sonriendo.
— Lo son—
— Pero no parece molestarle como antes—
Guardo silencio sorprendida, era cierto, en un inicio aquellas palabras se le hacían ridículas, inescesarias, inexplicables y sobretodo dirigidas a la persona incorrecta. Sin darse cuenta, esas palabras habían dejado de molestarla, de resultar incómodas e indiferentes, lentamente comenzaron a gustarle, porque cuando veía los hermosos ojos del principe, mirándola intensamente mientras las decía para ella, su corazón parecía estar galopando cómo un caballo, a una velocidad que hace años, no había experimentado. Su interior sonreia cómo no lo hiso en mucho tiempo. Y eso era de las cosas que el principe había cambiado para ella y su mundo gris.
— No tanto, lamento irrumpir en tus aposentos así, no es correcto — admitio para ambos, como si una pequeña parte de ella se esforzará por hacer entrar en razón a alguno de los dos.
— Cierto, no es correcto, está prohibido. Pero tiene derecho de hacerlo, después de todo yo lo hice una vez, así que estaríamos a mano si así lo hiciera, y lo prefiero. Honestamente pensé q no vendria. Tuve miedo de no verla hoy, cuando se fue, no pare de llamarla, pero no importaba que tanto lo hiciera, usted no venia— dijo triste.
— Aunque no debería decir esto, yo quise hacerlo. Quería venir y verlo, tomar su mano, acariciar su rostro, acompañarlo en su enfermedad y asegurarme de que estaba a salvo, pero no pude. Estaríamos en problemas si mostrará ese grado de cuidado e interés por usted— se lamento. Después de todo, esa era la primera vez que su corazón parecía abrirse al príncipe, era la primera vez que la verdad de lo que quería no quedaba encerrada en ella.
— Esa confirmación de que se interesa por mí, me hace muy feliz. Pero aún tengo la duda, necesito que lo diga, que me explique sultana, porque cuando en todos estos años nunca nos dirigimos más que unas palabras, porque si siempre mantuvimos distancia e indiferencia, terminamos llegando a esto. Dígame sultana, ¿Que ha pasado? Necesito saberlo antes de enloquecer con la duda— Mahidevran se sintió muy nerviosa y precionada, no sabía cómo explicarlo. Ni siquiera ella misma aun creía que en solo unos días su mundo se hubiera vuelto un caos, por un principe de ojos negros.
— No se explicarlo príncipe, supongo que fue, el como usted me miro, me cuido, me contuvo, las cosas que dijo y lo que hiso. Desde salvarme de los persas, ser mí apoyo en mis momentos más íntimos de dolor, invadir mí habitación por la noche como un ladrón, llevarme a ese lugar oculto de Manisa, dónde escuche esa maravillosa historia. Sin embargo no todo fue hermoso, también me lastimó, con aquellas acusaciones cuando me vio con el comerciante. El punto es, que bueno o malo, lo que hiso en este tiempo, en estos simples días, me cambio. Cuando lo miro, me es difícil ver al niño, al principe, al hermano de mí hijo, al hijo de mí dueño— dijo recordando con amarguro.
Aquella confesión alegro el corazón de Mehmed, quien muy en el fondo comenzaba a desesperarse y temer nunca ser visto como un hombre por la sultana.
— Yo tampoco consigo verla, como antes. Y a pesar de todos los problemas que eso me trae, de todo el dolor, noches enteras sin dormir, la culpa y desesperación, no puedo evitar agradecer, que mis ojos la vean como lo que realmente es— susurro.
— ¿Que soy realmente?— pregunto curiosa.
— La mujer más hermosa, del mundo entero. Cuya belleza deja temblando el cielo y la tierra — dijo feliz. Mahidevran río ante aquel comentario, su corazón estaba contento por recibir tal elogio, aún cuando sabía que el principe exageraba.
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Manisa tierra de amor prohibido
Historical FictionResignada a ser recordada por siempre como la mujer despreciada por el sultán, Mahidevran acepta su destino de soledad en Manisa, la provincia donde su hijo Mustafá gobierna por orden del sultán. Esperando el día, en que su querido hijo sea coronado...