Capitulo 9: Tengo miedo.

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Verla tan cerca, sentir su cuerpo, observar aquel rostro iluminado por los rayos del amanecer, poder oler su perfume, absolutamente todo le parecía una hermosa mentira. Le parecía un sueño demasiado bello y cruel, tenerla junto a él, con su cabeza sobre su pecho, con su cuerpo envuelto por sus brazos. Aun no estaba seguro si eso y lo que paso la noche anterior, aquellas palabras dichas por la sultana, eran verdad, si realmente habían pasado. Y aun así, muy en su egoísta corazón, estaba dispuesto a acabar con quien se atreviera a despertarlo del mejor sueño de su vida. Sin embargo cuando la vio abrir sus ojos con pesadez y suavidad, y volvió a contemplar esas joyas de ojos, que Alah le habia otorgado, junto con aquella dulce y tímida sonrisa, lo supo, eso no era un sueño, lo que mas anhelaba en su corazón, si habia pasado. 

Mahidevran también dudaba, no sabia como seguirían las cosas, como podrían afectar a todos, ni si aquello tenia una pizca de correcto. Pero extrañamente, en ese momento, mientras se encontraba envuelta en la calidez de sus brazos, en su cuerpo, mente y corazón, solo habitaba una dulce paz. Ver ese rostro juvenil, definido, brilloso, tan perfecto y hermoso, se volvió un deleite visual que completaba un bello despertar. Sin pensarlo coloco su mano sobre el rostro de la sultana, comenzando a acariciarlo, feliz por ver que ella no habia cambiado de opinión, y con firmeza aun seguía en sus brazos. Ella por su parte también tomaba su mano y con delicadeza la besaba. 

- Tengo tanto miedo- susurro Mehmed sin poder evitarlo. Aquella confesión la sorprendió, aquel joven que un día antes parecía tan seguro, ya comenzaba a mostrar sus dudas. 

- ¿De que tiene miedo?- pregunto.

- De que sea solo un sueño, no creo poder vivir, si hoy la tengo aquí junto a mi, pero mañana no...Por eso humildemente le pido sultana...No se atreva a dejarme, ningún angel aceptaría ser echado del paraíso, luego de conocerlo- dijo mientras su penetrante mirada oscura, parecía intentar grabar fuertemente, aquellas palabras en los ojos esmeraldas de la sultana. 

Aun cuando no debía haberlo hecho, cuando no estaba para nada segura como continuaría todo, lo que ocurriría a futuro, si la sangre pesaría mas que su amor, o la supervivencia, ella lo hiso. 

- Nunca lo hare...Nunca, susurro a centímetros distanciada de sus labios, acelerando el corazón de ambos. 







La capital.


La sultana se encontraba agotada, tenia ojeras, y los ojos irritados, además de un terrible dolor de cabeza, por tanto llanto, pero el peor de sus dolores, era el de su corazón sangrante. Mientras observaba su cama vacía recordaba una y otra vez su dolor, aun se negaba a creer que Suleiman estuviera tan enamorado de Firuze. No podía ser cierto, debía ser una pesadilla terrible, pero de ser así, nadie quería despertarla. Hace solo unos días lo supo por su hija  Mariam. Quien también decepcionada la descubrió, cuando por la noche, sin avisar la busco en sus aposentos para hablar de algo, entonces la observo a lo lejos, perfectamente arreglada, dirigiéndose a un lugar misterioso con la señorita Afife, encontrarse con esa situación hiso a Mariam dudar, y un presentimiento horrible, la llevo a seguir a su criada. Encontrándose con la terrible verdad, durante tantos años, les habia mentido, a ella y a su madre. Y eso no era algo que pudieran perdonar. 

Por un lado estaba la traición de Suleiman, por el otro, su preciado hijo. Cuando el sultán le dio la noticia de que Mehmed habia enfermado, quiso ir inmediatamente hasta Manisa, temiendo lo peor. Pero se lo prohibieron, y no le quedo de otra mas que obedecer. El trato áspero y frio del sultán con ella, lentamente mataba la seguridad que tenia. Pero no podía decir ni hacer nada, no le quedaba de otra mas que esperar noticias nuevas sobre la salud de su hijo. Y morirse de miedo, aun no estaba segura si Mustafá seria capaz, pero Mahidevran sin duda si mataría a su hijo en cuanto pudiera. Aun con los años debía seguir siendo la misma serpiente venenosa de siempre, nunca quiso que Mehmed fuera allí, y desde el principio se opuso, pero de nada sirvió, tenia mucho miedo de que Mahidevran terminara por convencer a su hijo, de que Mehmed era una amenaza, y aprovecharan esa oportunidad para acabar con su vida. 

Manisa tierra de amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora