Para mis queridas lectoras: Acá es cuando todo se va a la mierda.Narra Mahidevran.
Es increíble como me dejo vencer tan fácilmente, intento ser firme, fuerte, no volver a cometer los mismos errores, pero es inevitable, soy demasiado estúpida y débil. Apenas veo un rayo de luz en mi vida, me dejo hechizar por él. Aun lo recuerdo todo, esa sangre, ese grito, a mi hijo. Tiemblo de rabia y dolor, porque eso nunca se detendrá, y no podemos hacer nada por defendernos. De ella puedo esperar cualquier cosa, pero nunca pensé que el formaría parte de eso, él, que tanto me hiso sentir en unos días, quien me devolvió aquel brillo de vida. Yo fui la idiota que trajo al monstruo con su familia.
Y ahora solo puedo abrazar a mi hijo, que con dolor y lagrimas que no quiere mostrarme, se oculta sobre mi vientre, añorando lo que perdió. No puedo hacer mas que callar mi culpa, porque si dijera algo al respecto, él también caería. Y aun con todo lo que paso, no me creo capaz de herirlo.
- ¿Cuánto mas madre, cuanto mas nos quitaran?- pregunta conteniendo su rabia y probablemente sus ganas de tomar su espada, e ir tras ella- Fue mi culpa, no hice lo que debí, no la cuide bien...Fue mi culpa madre, por mi culpa mi hijo murió- dice mientras sus lagrimas se deslizan por sus mejillas, y caen sobre mi vestido. Ver a mi hijo culparse por algo que él no provoco, solo me lleno de impotencia. Suspire una y otra vez, conteniendo el dolor punzante en mi garganta, que casi no me dejaba respirar.
- No fue tu culpa hijo, no lo fue. Yo se que tu lo querías como nada en él mundo. Nada de lo que paso es tu culpa, yo siempre estaré aquí para ti. Por el momento puedo decirte, que todo pasara. Volverás a tener la oportunidad, lo prometo...Lo prometo mi león- susurre acariciando su cabeza.
Mi corazón aun temblaba por el miedo, y los malos recuerdos. El grito de dolor de perdida de Melek, cuando vio la sangre, aquel vientre que solo minutos atrás habia tocado, ya no contenía a mi sangre, a mi querido nieto. Hice lo que no debí por ti Mehmed, olvide quienes eran mis enemigos. A pesar de la mirada de susto y sorpresa de Mariam, yo se que muy en el fondo no se arrepiente. Y que ella cree que eso fue lo mejor para todos. Realmente quiero creer que aquella mirada de sorpresa y pena, fue autentica, pero ya no se que pensar Mehmed. Cuando ella llego simplemente tuvimos que distanciarnos, y aquella conversación que escuche...Me dejo pensando, que tu hermoso rostro de angel, como muchos otros, también puede ocultar la maldad.
- Mariam que bueno verte luego de tanto tiempo, estas muy hermosa- comente. Ella me miraba de arriba a abajo sonriendo con enfado disfrazado.
- Muchas gracias sultana, usted también, continua tan hermosa como cuando aun era joven- respondió- Lamento si fue una sorpresa, pero nadie pudo detenerme cuando me entere que mi hermano estaba enfermo, me asuste mucho- susurro con inocencia. Mehmed, tu la miraste con molestia, como si algo malo hubiera hecho.
- Estoy bien Mariam, no hacia falta que vinieras a Manisa, solo necesito unos días de reposo, y estaré perfecto-
- Estoy segura que si, por eso vine a ayudarte en tu recuperación, así en unos días no habrá ningún peligro de que enfermes, y podremos volver-
- Yo no pensaba volver aun- respondiste firme.
- ¿Cómo que no? Madre te extraña mucho, su majestad te quiere de regreso en la capital, nuestros hermanos también. Pienso que ya estuviste aquí lo suficiente, ¿Qué mas te gustaría conocer de Manisa?- pregunto.
Tu guardaste silencio, y me miraste, pero rápidamente apartaste la mirada. Algo que agradecí en el fondo, pero que también me entristeció, porque debía ser secreto, nadie podía saberlo.
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Manisa tierra de amor prohibido
Historical FictionResignada a ser recordada por siempre como la mujer despreciada por el sultán, Mahidevran acepta su destino de soledad en Manisa, la provincia donde su hijo Mustafá gobierna por orden del sultán. Esperando el día, en que su querido hijo sea coronado...