One Shots | Eddie Munson

"Fantasies"

Cuando hablan de sus fantasías mientras bebía después de jugar D y D:

—Creo que debemos parar, bebimos mucho  —Terminaste tu segunda botella de la noche.

—Lo merecemos, después de perder varias horas en la estúpida clase de álgebra —Te dio otra botella de cerveza — la noche es joven.

—Le estamos dando un mal ejemplo a los niños —Miraste a aquellos pequeños que estaban leyendo unos comics que Eddie les había entregado para que se interioricen más en el juego.

—¿Crees que debamos darles un par de botellas? —Lo miraste mal esperando que estuviera bromeando —, era broma. Quita esa cara.

La noche continuo, eran risas y chistes malos entre ambos. Los niños se habían quedado dormidos después de un largo día, tratabas de que Eddie no hablara tan alto para no despertar a los más pequeños, pero era imposible que bajara la voz.

—Ya, dime cual es tu fantasia más sexi que tengas —Dijo atento a tu respuesta, sus mejillas estaba rojas al igual que las tuyas.

—No voy a hablarte de eso.

—Somos amigos desde te mudaste a esta zona, te vi hasta desnuda y si mal no recuerdo nos bañamos un par de beses juntos.

—Si te digo mí fantasía, ¿Me dirás la tuya? —Preguntaste, no tenías muchas fantasías pero había algunas que te atraían.

—Solo habla, cariño —Respondio prestandote el doble de atención.

—Bien, pero no se lo digas a nadie —Sonreiste nerviosa —creo que una de mis fantasías, es hacerlo en público.

—¿Hablas enserio?

—Me prende tan solo pensarlo, ahora te toca a ti.

—Lo que hiciste es trampa, no me dijiste con quién piensas hacerlo pequeña duende.

—No te diré con quién, así te dime la tuya —Te quedaste concentrada esperando que el respondiera, Eddie dio un gran trago de su botella.

—Bien, hace unos días tuve un sueño erótico dónde lo hacía con... —Se quedó en silencio — te dejare con la intriga como lo hiciste con tu fantasia. La cosa es que la chica con la que lo hice tenía la camiseta de Hellfire, sus pechos se movían cada vez que entraba en ella y lamente que solo fuera un maldito sueño. Desde ese día se volvió mí gran fantasía.

—¿Hacerlo con alguien que use esa camiseta? —Te burlaste.

—Asi es mí Lady —Confirmo.

—Creo que usar hielos con sal, o atar las manos sería una fantasía menos extraña.

—Aqui la única extraña eres tu, duende. Tu eres la loca que quiere tener sexo con alguien en público.

—Ya cierra la boca o van a escucharnos.

—¿Te da miedo, que todo el mundo se entere de tu fantasia? —Pregunto levantando un poco la voz.

—Ya Eddie, silencio —Le tapaste la boca o seguiría hablando —Dijiste que no se lo dirías a nadie.

—Pagas el desayuno mañana, no quiero una excusa de tu parte.

—Bien —Aceptaste no muy convencida, pero al menos no dirá nada de tu fantasia. Si no lo hacías, sabías que Eddie podría gritarlo a los cuatro vientos en el comedor, sin importar que pasarás vergüenza.