Al caer el atardecer, salgo de mi oficina dispuesta a encontrarme con Bastien y los demás compañeros. Teníamos que reunirnos en la sala de juntas para hacer una revisión general de lo que será el próximo desfile. Hay que supervisar que todo esté listo y evitar imprevistos.
Intenté poner de mi parte para que mi humor mejorara, pero no lo logré. Aunque charlé con Sofía, y se disculpó muchas veces, mi mente aún recordaba lo sucedido. Los malos recuerdos se repetían una y otra vez, sin cesar. Por ese motivo, no tenía ánimos de nada. Incluso estuve encerrada gran parte de la tarde en mi oficina, porque quería evitar discutir y desquitar mi enojo con personas inocentes.
Hago una pequeña pausa en la zona de descansos, para prepararme un café y así lograr relajarme un poco.
Continúo el recorrido hacia la sala, pero una carcajada logra llamar mi atención.-¡Ay, qué divertido eres!
Mis ojos se dirigen hacia un rincón, donde se encuentra una de nuestras modelos (Liza), charlando muy a gusto con Oliver.
Ella se ríe con algo que, al parecer, él le dijo, mientras que le toca el brazo con confianza excesiva.
Oliver permanece con actitud neutral, sin dejar de conversar.Desde cuándo tan amigable ese hombre...
Detengo mi caminata y le hago señas a Sheyla, del equipo creativo, y se detiene a mi lado.
-¿Qué hace ese hombre aquí? -le pregunto en voz baja. -¿Sabes algo?
-Está esperando a Sebastien. Está aquí por el tema de su fiesta. -me responde, mirando hacia la pareja que conversa tranquilamente. -He de admitir que es muy guapo.
-Había olvidado que Bastien lo llamó. -murmuro, dándole un sorbo a mi café. -¿Dónde está Bastien?
-Buena pregunta. Ya lleva esperándolo media hora, pobrecito. -se ríe.
Pobrecito... Sí, claro.
-Deberías ir y entretenerlo. -me empuja.
-No, gracias. Dejaré que Liza se encargue de eso, le está yendo bien. -sonrío de manera forzada.
-¡Oliver, aquí estoy!
Oímos el grito de mi mejor amigo.
Oliver se gira hacia nuestra dirección y sus ojos se quedan fijos en mí.-¡Lamento muchísimo la tardanza! -Bastien se disculpa con él, pasando por mi lado a toda prisa. Me toma del brazo, arrastrándome con él. -¡Tuve un pequeño imprevisto! -le dice, y luego baja la voz para que solamente yo lo escuche -: tú vienes conmigo.
-Hola. -nos saluda Oliver, con su característica seriedad. -Pensé que no vendrías.
-No te imaginas cuánto lamento haberte hecho esperar. -mi amigo pone cara de arrepentimiento. Pasa su brazo sobre mis hombros, dejándome a su lado.
-Buen día. -saludo.
Oliver mueve su cabeza en señal de saludo y hago un esfuerzo por no rodar los ojos y poner mala cara.
Con Liza sí hablaba muy a gusto, y a mí ni un "Buen dia" me puede decir.-Liza, puedes irte. -mi amigo le informa, chasqueando sus dedos y sin apartar su fija mirada de Oliver. Yo trato de no reír.
-Pero me quiero quedar... -ella le pide, poniendo cara de súplica. -¿Puedo?
-Por mí no hay problema. -comenta Oliver.
Liza sonríe, y yo elevo ambas cejas.
-Perdón por la indiscreción -me entrometo sin poder evitarlo. -¿Ustedes ya se conocían? -les pregunto.
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150 Días
RomanceEncontrar el amor, de por sí resulta muy complicado. Ahora imagínate si a eso le sumas que tienes un plazo de 150 días para encontrarlo... Es una misión prácticamente imposible. Pues, mi madre parece que no es consciente de lo descabellado que suen...