18- Musée du Louvre

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A la mañana siguiente Bastien y yo nos dirigimos hacia el museo para hablar con el encargado. Si logramos conseguir el sitio para el desfile, quizá nos muestren las instalaciones. De esa manera podemos comenzar con la distribución de los asientos y dónde estará ubicada la pasarela.

Bastien pasó a recogerme en su auto, ya que yo no tenía ganas de manejar. Me había levantado muy temprano para ir a entrenar porque estuve un poco ausente estos últimos días.
No había tenido tiempo para ver a Hunter desde ayer a la mañana, debido a que ambos habíamos estado muy ocupados con nuestros trabajos. Únicamente nos enviamos algunos mensajes, pero nada más.

-Mañana es el cumpleaños de Jack. -me cuenta Bastien.

-¿Sí? ¿Van a celebrar? -le pregunto mirando por la ventanilla del auto.

-Él no festeja nunca, no le gusta. Pero aceptó que salgamos a cenar. -comenta animado. -Yo quería hacerle una fiesta sorpresa, pero si no le gustan... sólo haré que pase un mal rato. -piensa. -Así que, cenaremos y ya luego veremos.

-Es algo lindo, de todas maneras. Una cena, ustedes solos... Suena romántico. -lo aliento.

-Sí, eso mismo pienso yo. -concuerda.

-¿Estás emocionado? -le pregunto al ver que tamborilea el volante con sus dedos.

-Un poco. -se ríe. -Será nuestra primera salida más... oficial.

-La primera salida ante la sociedad siempre causa nerviosismo. -le doy la razón. -Pero que eso no te detenga.

-Todo será genial, lo sé. -se dice a sí mismo.

-¡Eso es! -exclamo. -Repite eso hasta que te convenza.

Se ríe, y yo lo miro de reojo: está muy animado y con energía. Me gusta verlo así, porque cuando está de buen humor contagia al resto.
Él es esa luz que siempre está iluminando la vida de todos. Su carisma y esa chispa suele ser muy contagiosa.

-¿Tengo algo en la cara? -me pregunta de repente.

-No, no. Nada más estaba admirando tu belleza. -me río.

-¡Oh, pues, sigue mirando entonces! -hace un ademán gracioso.

Llegamos al Musée du Louvre y avanzamos por el Puente del Carrusel, el cual atraviesa el río Sena.
En cuanto cruzamos, ingresamos por la Porte des Lions, y apreciamos la gran multitud de transeúntes que paseaban por la zona. Muchos admiraban la gran pirámide que conduce a la entrada al museo; Otros se toman fotografías o simplemente charlan; Logro ver también a diversos guías turísticos que explican la historia del lugar a los pequeños grupos de personas que les acompañan.

Al otro lado, se logra apreciar la fiesta que siempre se celebra a esta altura del año, justo en el Jardín de las Tullerías; Hay como un parque de atracciones montado, el cual es gigantesco.

-Qué belleza de lugar. -habla Bastien a mi lado.

Yo me arreglo el blazer que llevo puesto y exhalo.

-Bien, tenemos que conseguir la reservación. -le digo con firmeza. -A esta altura del año se está llevando a cabo la Fiesta de las Tullerías en el sitio que hemos pensado para el desfile. -recuerdo y señalo a la distancia para que lo note. -Esa celebración dura todo el verano.

-El próximo mes es nuestro evento, en otoño. No creo que hayan problemas. -me dice con algo de duda.

-Pero no sé si lograremos instalar toda la escenografía para entonces. -pienso. -La idea es comenzar ahora.

Nos miramos con nerviosismo.

-Maldito Logan. -se queja.

Entrelaza su brazo con el mío y nos encaminamos hacia la entrada del museo.
Al pasar por la gran pirámide de vidrio, nos detenemos un momento para observarla.
Miro cada parte que la compone y la convierte en un símbolo atractivo del lugar. Se roba muchas miradas.

150 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora