Mamá se puso como loca cuando se enteró que suspendí a Liza. Realmente no se esperaba tal cosa de mi parte, y eso le molestó demasiado.
-¡No puedes suspenderla! -exclama.
-De hecho, lo hice.
-¿Y por cuántos días? -exige saber.
-Una semana.
Niega con la cabeza, incapaz de aceptar mi decisión.
-Es demasiado. -increpa.
-¿Cuántos días le diste tú a Tania cuando llegó tarde a un desfile porque se durmió? -le recuerdo.
-Eso fue diferente.
-¿Cuánto tiempo? -reitero.
-Doce días. -responde finalmente.
Yo elevo una ceja, y tomo asiento sobre la mesa de mi escritorio.
-Ya ves... -añado. -Y esto tiene más peso.
-No acepto tu decisión. -niega. -Aún sigo teniendo la última palabra, así que la suspensión baja a tres días. -espeta.
-¿Estás contradiciendo mi orden? -cuestiono a la defensiva.
Ella se lleva una mano a la cabeza, no sé si por cansancio o porque está buscando paciencia para sobrellevar la situación.
-¿Qué pasa si ella decide faltar a un desfile? -le pregunto, cruzándome de brazos. -Porque esta vez fue a una sesión fotográfica, pero más adelante puede ser peor. ¿No piensas en eso?
-No quiero seguir hablando de eso ahora. -murmura tomando asiento en un sofá.
-Bien. Hablemos entonces de lo que te está pasando a ti. -cambio de tema.
Ella se quita la mano de la cabeza y me mira con el ceño fruncido.
-Y no te hagas la desentendida porque sabes bien a qué me refiero. -añado.
-Te dije que son chequeos.
-¡Ay, ya deja de mentir! -elevo la voz, bajando del escritorio. -Sé que es algo grave, mamá.
Suspira con cansancio y se queda en silencio.
-¿Fue Connor quien te lo dijo? -pregunta.
-Ese idiota no dijo ni una palabra. -me quejo.
-No hables así de él, por favor. -me pide.
-¿Lo vas a defender? Entiendo que sea tu doctor, pero es su deber decirnos la verdad respecto a tu salud. Hacerse el misterioso no sirve de nada. -zanjo.
-Él es una buena persona. -murmura con pesadez.
-¿Me lo dices como su paciente o como algo más? -frunzo el ceño.
Traga saliva y se acomoda mejor en el sofá. Ahora evita mirarme a los ojos.
Se acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja, y traga saliva.-Claro... -murmuro al entender todo. -Por eso te ayuda tanto y calla las cosas... Sales con él. -asumo.
Ella se pone de pie con lentitud.
-No es lo que crees, hija... -se apresura a decir.
-¿Ah, no? ¿Entonces cómo son las cosas, Hélène?
La miro con enojo. Sus mentiras van en aumento.
-Solamente somos amigos. -añade.
-Dejaré que él me lo confirme entonces. -sentencio. -Y haré que me confiese lo que tú no te atreves.
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150 Días
RomanceEncontrar el amor, de por sí resulta muy complicado. Ahora imagínate si a eso le sumas que tienes un plazo de 150 días para encontrarlo... Es una misión prácticamente imposible. Pues, mi madre parece que no es consciente de lo descabellado que suen...