11- Arrebato.

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Cuando abro los ojos, me siento desorientada. No reconozco la habitación que me rodea, ni lo que sucede.

Intento sentarme, ya que me doy cuenta que estoy sobre una cama, y noto que tengo una intravenosa conectada a mi brazo izquierdo.

Forcejeo un poco, y por la mirada periférica veo que alguien se levanta del sofá ubicado en el rincón.

-Oh, al fin despiertas.

La voz de Oliver me tranquiliza.

-¿Qué está sucediendo? ¿Dónde estoy? -le pregunto.

Él se me acerca y toma mi mano entre las suyas.

-Sufriste un desmayo mientras estábamos en el restaurante, tu presión arterial bajó. Has estado inconsciente por una hora y media. -comenta con calma. -Al parecer, Néstor te dijo algo que no te cayó muy bien...

Néstor.

La noticia de mi madre.

Me altero de nuevo.

-Debo irme. -suelto de inmediato, y miro en diferentes direcciones, buscando mis cosas. -Tengo que hablar con mi madre.

-Oye, tranquila. -me pide, tomándome por los hombros. -Primero, ¿me quieres contar qué sucedió? Tal vez pueda ayudar.

Yo suelto un sonoro suspiro y me dejo caer sobre la almohada.
Miro mi mano intervenida, y trato de calmar mis nervios.

-Él es enfermero y, al parecer, se enteró de que mi madre ha estado visitando a su doctor más de la cuenta. -empiezo. -Yo creí que era por el estrés, ya que eso fue lo que ella me dijo. Pero... es aún peor.

Toma asiento a mi lado, en la cama, y guarda silencio mientras procesa mis palabras.

-Él no me dijo exactamente qué es lo que ella tiene, pero aseguró que es grave. -prosigo. -Yo... no sé si sea verdad, pero, tengo la sensación de que no miente.

Él se me acerca y deposita un tierno beso en mi frente.

-Debes hablar con ella, antes de sacar conclusiones. -opina. -Y, si llega a ser verdad lo que dijo Néstor, podrás estar con ella y acompañarla en el proceso, sea cual sea. -me acaricia la mejilla con su mano.

Ese simple gesto me tranquiliza, y cierro los ojos.

-En ese momento sentí que todo se estaba cayendo encima de mí. -murmuro. -Fue como... sentir el espacio muy asfixiante.

Abro mis ojos y veo su mirada grisácea analizándome con atención. Sus ojos me estaban transmitiendo la tranquilidad que me estaba faltando.

-Gracias. -le digo.

-¿Por qué? No he hecho nada. -detiene la caricia y me observa confundido.

-Me lograste atrapar antes de que cayera. -le recuerdo. -Y ahora estás aquí, haciéndome sentir mejor.

Él esboza una pequeña sonrisa.

-Atraparte fue... como un acto reflejo. -responde. -De todas maneras... -carraspea y se pone de pie. -Hunter está afuera.

En ese instante la puerta se abre de golpe y aparece el susodicho, mostrando preocupación en su rostro.

-Qué alivio verte despierta. -dice en cuanto me ve. -Hola. -se me acerca con rapidez y me envuelve en un cálido abrazo.

-Estoy bien. -le digo, mirando a Oliver de reojo.

Hunter deposita un beso en mi frente y me inspecciona con atención.

-¿Necesitas algo? -me pregunta con calma.

-No, gracias. Es más, me siento muy bien. Quiero irme a casa. -les digo a ambos.

150 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora