8- Tensión.

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El domingo temprano, Hunter se puso en contacto con Bastien para invitarnos a cenar y así conocernos mejor entre todos. Obviamente irían sus amigos también.

Así que, luego de terminar los bocetos para la presentación del lunes, Bastien y yo aprovechamos la tarde para ir de compras y pasar el día recorriendo la ciudad.

Mamá me había llamado la noche anterior, para hablar sobre las noticias que habían estado circulando sobre mí. No estaba de acuerdo con mi diversión y me pidió mantener un bajo perfil, para que la gente dejara de hablar de mí. Se le notaba el enojo en su forma de hablar, y sus argumentos fueron igual de vacíos que los de Gregory. Terminamos discutiendo, como era de esperarse, y ella terminó por cortar la llamada. Alegó que el lunes charlaríamos con más calma, y lo último que añadió fue "Debes llevar una vida más centrada si quieres ganarte el respeto de los demás."

Decidí cerrar ese tema y no darle más vueltas, porque al final todos están haciendo mucho drama por algo insignificante.

-¿Qué te vas a poner en la noche? -me pregunta Bastien, sosteniendo su helado con una mano y con la otra sus bolsas con ropa nueva.

-No lo sé, es lo de menos. -le resto importancia, mientras reviso mi móvil.

-Yo estaba pensando en ponerme ropa súper casual, pero quiero que ambos estemos un poco combinados. -piensa.

-Llevaré lo mismo. -concuerdo.

-Oye, ¿qué tanto haces con ese aparato? -cuestiona. -Llevas así mucho rato.

Nos detenemos en la acera, justo cuando el semáforo marca en rojo hacia nosotros.

-Oliver me escribió. -le cuento, y lo miro. Se lleva el helado a la boca pero queda a medio camino. -Me preguntó qué tal estoy, y ya...

-¡¿Oliver te escribió?! -grita con entusiasmo. -¿Cuándo le diste tu número telefónico? O sea que... ¿desde la mañana has estado hablando con él? Porque te vi muy concentrada con el móvil durante el desayuno. -me señala.

-No es para tanto. Solamente conversamos. -le aclaro. -Y, le di mi número cuando nos vimos en la fiesta.

-¿Y estás tan tranquila? -me da un empujón. -Es decir, ¡hay dos hombres hermosos detrás de ti! Ay, si yo estuviera en tu lugar, no sé lo que haría. -se ríe.

Avanzamos cuando el semáforo cambia a verde, y aprovecho para robarle un poco de helado.

-Tampoco me voy a poner a saltar de alegría. -le digo.

-Podrías. Sería lógico si lo haces. -añade.

-Basta de hablar sobre mí. -le corto. -Mejor dime cómo vas tú con el barman.

Me tiende el helado, para que lo termine, y eleva sus hombros.

-Quedamos en vernos de vez en cuando, ya sabes, sin apuro. -responde.

-¿Eso qué significa?

-Que dejaremos que todo fluya. Cuando queramos vernos, nos escribimos y nos veremos, y cuando no, pues no. -le resta importancia con un ademán.

-Eso suena bien. -afirmo.

-A eso le llamo "casual sex" -reflexiona.

-Bonito nombre. -me río. -Voy a usar esa técnica a ver qué tal funciona.

**

Llegamos al restaurante para reunirnos con Hunter y sus amigos. Escogieron un lugar muy acogedor llamado Le vent d'Armor, especializado en alta cocina francesa. Nunca lo visité, pero los comentarios son muy positivos.

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