3- Nostalgia.

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La entrega de premios estuvo estupenda, y muchas personas de la industria estuvieron allí. Pasamos un rato agradable.
Bastien se emocionó hasta las lágrimas cuando le hicieron entrega del premio a mejor diseñador del año, y agradeció a todo el mundo por el apoyo.
La velada transcurrió normal y, pasada la medianoche, Bastien, Sofía, Paul y yo, decidimos trasladar la fiesta a otro lugar: al bar musical Le Sherwood, ubicado relativamente cerca del restaurante Café de la Paix. Es un sitio con mucho estilo, y todas las noches hay música en vivo, generalmente jazz.

-¿Qu'est-ce que je t'offre? -nos pregunta el barman.

-Je veux un Summer scotch. -le pido.

-Cette fois, je vais La Parisienne de Luxe -pide mi mejor amigo, tomando asiento en un taburete.

-Pour nous Sherwood's Garden. -habla Sofía, dejando la cartera a un lado.

-Agradezco que sea sábado. -comento, tomando asiento junto a Bastien. -Estoy agotada. -suspiro.

-El envejecimiento nos está cayendo con todo, mon soleil. -Bastien aprieta mi mano. -De sólo pensar que en una semana cumplo 30 años, me deprimo.

-Eres muy joven, no te quejes. -dice Sofía, apoyando su codo en la barra. -Hay que tirar la casa por la ventana cuando llegue la fecha. -chilla con entusiasmo. -Yo seré el DJ.

-Todavía falta, ni siquiera sé si estaré vivo para ese entonces. -se queja él.

-No seas dramático. -le doy un empujón. -¿Ya pensaste dónde será la fiesta?

El barman me entrega la bebida y yo le doy un trago. Tiene un gusto exquisito.

-Estaba pensando en hablar con Zoe y organizarla en Le Bar Kléber. -responde con aire pensativo. -Conozco a Zoe desde hace años, y sé que no tendrá problema en alquilarme el bar para mi fiesta. La azotea es magnífica y refinada. El lugar es estupendo, y ni hablar del hotel en general. Es todo un palacio. -comenta muy fascinado.

-¿The Peninsula París? -pregunto. Él asiente. -¡Ay, qué maravilla de lugar! Fui una vez y el spa es hermoso. Todo muy fino y lujoso. -concuerdo.

Recuerdo lo fascinada que quedé cuando puse un pie allí. Ese hotel es gigantesco, como un palacio. El restaurante en la azotea y el bar, tienen unas vistas increíbles de la ciudad. Merecidas las 5 estrellas.

-Es muy bonito. -habla Paul. -De todas maneras, Zoe ya no es la dueña del hotel. Su hermano es el actual propietario del sitio. -informa.

Ellos reciben sus tragos y brindamos, aunque yo ya estaba bebiendo el mío.

-¿Su hermano? Pensé que él seguía en Estados Unidos. ¿Dónde era que estaba? ¿California? -piensa Bastien.

-Oliver llegó a Francia hace un mes. -comenta Paul. -No sé muy bien qué pasó, pero ella le vendió su parte.

Mi hermana y yo intercambiamos una mirada totalmente perdida. Ninguna de las dos sabemos de quiénes hablan.

-Entonces tendré que hablar con Zoe, o pensar en algo... -murmura mi amigo.

-Conozco a Oliver. -le dice Paul. -Puedo hablar con él y comentarle sobre tu fiesta, quizás hasta acceda a que hagas tu fiesta en el bar. -propone. -Él es... amigable.

-¡Hazlo! -le suplica Bastien, y yo me río. -Lo dejo en tus manos entonces.

-Le llamaré ahora, tal vez esté por aquí cerca.

Saca su móvil y se aleja de nosotros para llamar, ya que el bullicio es incómodo.

-¿Alguna temática? -le pregunta Sofía.

150 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora