Lilith Ivanova
Y ahí estaba yo con un vestido rojo que me llegaba a las rodillas, un pequeño suéter blanco y unos zapatos negros con calcetas blancas, caminando por el inmenso bosque buscando flores hermosas para llevar a casa y sorprender a mi mamá.
Encontre unas lindas Hortensias blancas, las arranque con sumo cuidado y me dirijí a mí hogar, estaba por cruzar la puerta cuando veo un carro de color azul estacionarse en la casa de a lado, me quedé viendo esa escena y vi a una familia de 4 integrante bajar del auto, me quedé inmóvil al hacer contacto visual con un chico rubio vestido de una manera formal, sentí mucha vergüenza pensara que soy una vecina entrometida, corte ese incómodo contacto visual y entre a mi casa.
-¡Madre!- grite esperando respuesta.
-¿Qué pasa hija?- Contesto bajando las escaleras.
-Encontre estás lindas flores- extendí las flores en mis manos hacia ella - espero te gusten, las traje para ti.
-Son hermosas Lilith, Gracias - sonrió - Ven vamos a buscar un jarrón para ponerlas - Dijo llevándome a la cocina.
Por la ventana de está pude ver la casa siguiente, la casa de los nuevos vecinos, pero mi mirada fue hacia la ventana del segundo piso donde estaba el mismo niño de hace unos momentos mirándome fijamente, me sentí algo incómoda y en ese instante mi mamá hablo.
- Este es lindo ¿No Lil? - pregunto -Hey ¿Qué sucede?- pregunto frunciendo el seño.
- Hay nuevos vecinos - Dije apartando mi mirada de esos ojos azules, para voltear a ver a mi mamá.
- Vaya, ¿Qué te parece si les llevamos algo y les damos una tipo bienvenida? - pregunto entusiasmada hacia mi.
-¿No nos veremos algo acosadoras?- pregunte nerviosa.
- Claro que no hija, aparte cuando eres nuevo en un vecindario se siente increíble cuando te dan una bienvenida y te llevan algo - dijo haciendo un ademán con las manos.
- De acuerdo - respondí.
- Hagamos una Tarta de Fresa rápido, así que señorita vamos a lavarnos las manos y manos a la obra- dijo empujandome a el lava manos.
- Listo - Exclamó con mucha emoción.
-Estás muy emocionada madre- reí ante su comportamiento.
- Pues son nuevos vecinos- se defendió- vamos hay que quitarnos este delantal y nos vamos a la casa de los Vecinos - Sentenció desamarrando su delantal.
El timbre sonó y Virginia Creel abrió la puerta.
- Hola mucho gusto soy Elizabeth Ivanova, su vecina - Dijo la mujer de pelo rojizo algo ondulado hasta la cintura.
-Hola mucho gusto yo soy Virginia Creel- Respondió sonriente - Ay que descortés, adelante pasen, esperen aqui en la sala le hablaré a mis hijos y esposo -se retiro.
- Viste que no era mala idea, son muy amables- dijo obvia.
- Bueno les presento a mi esposo Víctor Creel- y mis hijos Alice y el mayor Henry - Dijo señalando a cada uno.
Y ahí estaban los dos chicos viéndose fijamente tratando de adivinar que pensaba el uno a otro.
- Mucho gusto - dijo mi madre sacandonos de la gran pelea de miradas - Soy Elizabeth Ivanova y ella es mi hija Lilith Ivanova - dijo señalándome.
- Mucho gusto, por lo que veo sus apellidos son de origen ruso- pregunto el señor Creel.
- Oh si, somos de Rusia - respondió
- Y su esposo si no es molestia- pregunto ahora la Señora Creel.
- El debe estar por llegar fue a trabajar - respondió amablemente.
- ¿Por qué no lo esperamos?- dijo entusiasmado el señor.
-Claro- Respondió de la misma manera mi mamá.
- De acuerdo ire a preparar un poco de té, mientras nuestros hijos van al jardín a jugar un poco ¿No?- dijo la señora Creel.
- Si claro madre- respondió ¿Alice? Creo que así era su nombre.
Salimos y la pequeña solo se alejo a sentarse con uno de sus peluches detrás de un árbol.
Vi también al mayor alejarse pero el se fue al bosque así que solo me senté y me dispuse a esperar a que mi mamá llamara para irnos a casa aún sabiendo que sería eterno.
Seguí pensando hasta que un chillido de un animal me saco de mis pensamientos, fui hacia donde provenía en chillido y vi a Henry viendo fijamente a un conejo.
No lo soporte más y lo ataque con una energía escarlata que salía de mis manos, ¿Olvide mencionar que tengo un tipo de don? Creo que si, pero bueno continuemos.
- ¿Pero que, cómo- lo interrumpí.
- Si ya se llámame como quieras, no me interesa pero no quiero que hagas lo que sea que haces con estos animalitos indefensos- sentencie.
- Que ridículo, ¿En serio defiendes a un animal?- pregunto con tono burlesco - Patético, y ahora que hiciste que se fuera lo haré contigo - advirtió alzándome con alguna fuerza invisible apretándome cada vez más
Estaba soltando algunos jadeos de dolor, así que me concentre para poder ver sus ojos directamente, note su cara de confusión, al ver qué mis ojos tornaban un color escarlata.
De pronto sentí como me soltaba lentamente, al parecer si pude controlar su mente al tocar el suelo quise saber más acerca de su Don y me dispuse a leer su mente.
No veía nada solo a él practicando con conejos.
Deje de leer su mente y de manipularlo.
- ¿Cómo hiciste eso? - pregunto
- Solo sucedió ¿si? - respondí
- Para ser una niña de 8 años sabes manejarlo muy bien - burlón.
- ¿Disculpa?, Tengo 10 no 8- entrecerre mis ojos
-Vaya jaja que gran diferencia- sarcasmo.
- Y tu gran señor ¿Cuántos años tienes? - dijo ahora ella de forma burlona.
- Tengo 12 niñita - dijo sintiéndose superior
- Oh interesante - dije curiosa
- Regresemos está oscureciendo - dijo
- ¿Tienes miedo?- burlona.
-Claro que no- firme.
Empezaron a caminar hasta que Lilith tropezó cayendo encima de Henry tumbando a este en el piso quedando ella encima.
Se quedaron viéndose un rato hasta que Henry la empujó al otro lado.
- Vaya que no sabes caminar - dijo un poco molesto
- Lo siento - apenada
- Está bien no te preocupes - respondió
Llegamos a la casa Creel, entramos y nos llamaron a cenar.
Terminamos y nos dirigimos a mi casa cuando me tomaron del brazo.
- Perdona pero ¿nos podríamos ver en ese mismo lugar?- pregunto un Henry algo apenado.
- Claro - respondí neutra.