Pietro Ivanov
Estaba tratando de arreglar las cosas con Lilith pero no podía.
Creo que tenemos algo en común ego de mierda.
Se que me excedí y debía pedir perdón.
- Suenas de la mierda Ivanov - burló Nik lanzando una pelota a la pared para volver a cacharla.
- Ayudame quieres - conteste.
- Cariño está bien pero es mejor que las palabras salgan de tu corazón - apoyo Kat rodeándome con su brazo.
- Es que trato pero no puedo - confesé.
- Vamos amigo, tu puedes tienes mi apoyo - dijo mientras seguía con su pelota.
- No prometo nada enserio - confesé de nuevo.
Lilith Ivanova
- ¿Debería de pedir disculpas? - pregunte.
- Pues no solo tú cielo, el igual - contesto Henry.
- ¿Y cómo?, Ni siquiera puedo verlo - confesé.
- Bueno creo que los dos deben dejar ese orgullo de lado y afrontar esto - opino.
Solo analice la situación y la verdad tenía razón esto es muy inmaduro, el evitarnos y todo eso.
- Bueno linda debo irme a mi habitación - dijo poniendose de pie para depositar un beso en mi frente - Buenas noches, descansa - dijo.
Al día siguiente.
Pietro Ivanov
Me dirigía hacia la habitación de Lilith tenían razón debía disculparme y eso es lo que haría.
Toqué y escuché un adelante.
- Hola - saludé.
- Oh, hola - saludo.
- Oye yo solo vine a disculparme no tuve que hablarte así, fue muy inmaduro - confesé.
- Los dos actuamos así y créeme acepto tus disculpas, también disculpa por haberle hablado así a Katerina no se que me pasaba - Contesto.
- Si no te preocupes - dije.
Fuimos interrumpidos.
- Buenos días cariño, oh lo lamento - se disculpo Henry.
- Ah no te preocupes ya me iba - confesé.
- Está bien - dijo.
Y así fue me levante y salí de su habitación.
Tiempo de pruebas.
Lilith Ivanova.
- ¿Lo harás? - pregunto la Dra Miller.
- Si tranquila - conteste.
Asintió con la cabeza para que me metieran a ese tanque de nuevo.
En el cuarto oscuro de nuevo pero había algo en el centro.
Era un tipo de cuerpo viscoso delgado y al parecer estaba comiendo, me dirijí hacia lo que sea que fuera aquello con algo de miedo.
Al llegar pude escuchar su latir.
La curiosidad me invadió, lo quería tocar.
Fui acercando mi mano lentamente y algo temblorosa.
Y pasó.
Lo toqué, al momento de sentir mi tacto lo que sea que fuera giro su cabeza, la cuál abrió en 5 partes cada una llena de pequeños dientes.