29.- Killua posesivo

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—¡¿Ese es el señor Satotz?! —pensé cuando se presentó como el primer examinador— me da curiosidad saber si en realidad tiene boca o no.

La primera prueba va a comenzar, todo lo que sucede en este trayecto me lo sé de memoria. Correr, correr y correr, no tiene chiste.

Bien, admito que suelo hablar demasiado pronto. No llevamos ni 10 minutos y siento que ya no puedo más.

Sé que esto cada vez irá más rápido durante horas, para cuando lleguemos a la segunda fase en el bosque, mis piernas habrán estallado cien veces.

Las veloces llantas del skate se alinearon a mi paso causándome un gran revuelo en el corazón. El protagonista de cabello blanco se dignó a acercarse y me miraba fijamente.

—¡Killua! —Me emocioné sin querer, después de todo soy una bendecida fan con el don de ser tan inmortal como imprudente. —¡Perdón! escuché que te presentaste con Gon y por eso sé tu nombre. —justifiqué antes de que me pasara otra tragedia.

—¿Quieres mi patineta? —preguntó directamente ignorando mi comentario.

—No se vale, te la pedí primero. —se quejó Gon, mientras corría detrás de él.

—¿Acaso no se dan cuenta? —cuestionó Killua en un tono de regaño a los tres chicos a la vez que me tomaba del brazo para subirme en su skate— está cansada. —excusó sonteniéndome por la cintura para luego avanzar más rápido, impulsandonos y evitando que ellos vieran lo que yo pude ver estando tan cerca de él.

¿Eso fué un sonrojo? Killua no se comportaría así con nadie, ni siquiera con Gon y mira que alguna vez los llegué a shippear.

¿Acaso está celoso? ¿quiere quedar bien conmigo frente a ellos? ¿porqué? si no me recuerda.

—No me dijiste que conocías a tantos hombres. —Un berrinche de celos salió de su boca, dejándome completamente en shock, entendí lo que quiso decir pero fué como un balde de agua helada en mi cabeza.

Killua no me quiso hablar, pero no porque me olvidó, sino porque estaba celoso. Extremadamente celoso de verme entre otros chicos.

Pues siempre pensó que yo sólo aparecía para él.

—¡KILLUA! ¡NO ME OLVIDASTE! —No pude más, tuve que abrazarlo, que un personaje que amas te desprecie duele un montón, pero prefiero saber que es sólo un berrinche suyo a que no quiera verme más.

Los nervios del asesino lo hicieron tambalearse y ambos caímos al suelo. Obviamente no sentí nada, pero lo que sí me asustó fué notar un nuevo problemita.

Por un segundo, pude notar que Kurapika había visto a Killua con ojos rojos y una expresión moderadamente molesta, pero lo ocultó mirando hacia otra parte.

Conociendo lo encariñado que está conmigo, debió reprobar nuestro abrazo. No estoy segura si debería aclararles que no tengo preferencias y los admiro a todos, pero tampoco sé qué tipo de concepto tienen respecto a sus sentimientos.

Gon sólo se ríe, deberían aprender de ese precioso ser de luz.

—Mira lo que hiciste, enano, pudiste haberla lastimado. —renegó Leorio dándome la patineta —usala tú sola, no dejes que él se suba.

—¡Pero es mía! —reclamó Killua.

—Ni modo, tú se la prestaste.

—No hablaba de la patineta.

—¡Qué insolente, discúlpate!

Aunque no lo parezca, estoy presenciando el comienzo de la amistad entre estos chicos, lo disfruto como nadie, pero a la vez me tiene pensativa el hecho de causarles algún problema con la maldición que Neón predijo.

—Me detuve... —exclamé para mí misma dando una vuelta completa sobre mi eje para verme atascada en otro sitio. —¿Dónde diablos estoy ahora? yo no quería dejar la prueba.

—Vaya, vaya, qué espléndida visita —dijo el hombre, con voz gruesa, ronca y fuerte, de pie a una corta distancia de mí. —Tu presencia me recuerda a una frase que escuché de alguna parte, si amas algo, debes dejarlo ir y si regresa, te pertenece.

—Chrollo...

DIVINA FAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora